La huida de Puigdemont ha provocado críticas al Gobierno, a los Mossos, a Interior y la pregunta de por qué la Policía catalana no lo detuvo antes de su discurso en el acto de bienvenida o justo después cuando bajó de la tribuna. Los mossos se han defendido asegurando que no hubo un momento idóneo, aunque tuvieron varias oportunidades para arrestarlo. Una información de la periodista Paz Serrano.
La primera oportunidad de impedir la huida de Puigdemont hubiera sido interceptarlo en el callejón en el que apareció y lo vimos rodeado por su equipo más estrecho y sin gente alrededor.
La segunda ocasión perdida para esposar al líder de Junts, sobre el que pesa un orden de detención, era esperar que terminara su discurso y una vez que fuera del escenario, podían haberlo esperado tras el biombo por el que desaparece.
La tercera y última oportunidad en la que Puigdemont es en el coche en el que huye. Con ese dispositivo, a algún agente le debió llamar la atención un vehículo circulando en dirección contraria.
El Tribunal Supremo pedirá respuesta a todas esas preguntas, mientras el juez Llarena ha reclamado a Interior como a los Mossos, informes sobre ese dispositivo fallido, que ha dejado en muy mal lugar a los Mossos.
Los mandos s agentes de la Comisaría General de Información intentaron arrestar a Puigdemont antes de subirse al coche en el que huyó, pero un “muro de personas” lo impidió.
El prófugo se escondió junto al secretario general de Junts Per Catalunya, Jordi Turull, bajo “una carpa” antes de subirse al vehículo. Los Mossos han comparado “la llegada de ayer de Puigdemont " a lo que hace Jimmy Jump, que a lo que se espera de alguien que asiste con toda la dignidad a un acto político”.
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