La desaparición de Carles Puigdemont al bajar del escenario: ¿dónde están las fuerzas de seguridad?
Carles Puigdemont se ha esfumado detrás de un escenario montado en el Arco del Triunfo, donde ha pronunciado un breve discurso en su regreso a Barcelona
Su desaparición supone un duro golpe a las fuerzas de seguridad, principalmente para los Mossos, que debían detener al expresidente
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La aparición y desaparición de Carles Puigdemont este jueves en Barcelona ha supuesto un duro golpe para las fuerzas de seguridad y en especial para los Mossos d'Esquadra, que tenían la orden de detenerle. Informan en el vídeo Teresa Fernández-Cuesta, Ricard Martín y Alma Trabajos.
El que fuera presidente de la Generalitat avisó de su regreso y ha cumplido. Puigdemont ha entrado en territorio nacional sin problema a pesar de que sobre él pesa una orden de detención. Pero nadie le detecta.
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Ha paseado acompañado de cuatro personas y nadie le ha detenido, a pesar de que en esa zona no hubiera supuesto ningún problema de orden público. Conforme se acerca a la zona del Arco del Triunfo, empieza a juntarse con la masa.
Los Mossos aseguran que no existe ningún acuerdo con Puigdemont
En ese escenario, una detención podría haber provocado incidentes no deseados. Finalmente, Puigdemont sube al escenario. Entra por detrás, por un hueco abierto en el que hay otras personas.
Las fuerzas de seguridad, sin embargo, no están y Carles Puigdemont se esfuma sin dejar rastro. Es ahí, detrás del escenario, donde hubiera sido un buen momento para realizar su detención.
Las alarmas se encienden y los Mossos emiten un comunicado afirmando que no había ningún acuerdo con el entorno de Puigdemont, pero que querían detenerlo de forma proporcional y sin generar desórdenes.
Interior había delegado la detención en la policía catalana
El consejo de Interior en funciones, Abel Bautista, responsable de los Mossos, se ha mostrado en silencio en el Parlament, pero con el teléfono en mano. Ahora estudian llamar a declarar a todos los que han podido influir en esa desaparición de Puigdemont.
El Ministerio del Interior había delegado la detención en la policía catalana, aunque podría haberse llevado a cabo por la Guardia Civil o Policía Nacional. Al final, paradero desconocido, supuestamente en un coche blanco.
Vehículo que de copiloto llevaba una rueda de repuesto. El dueño de ese coche era un mosso, detenido por colaborador necesario. Y hay una nueva detención de otro miembro del cuerpo policial.
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