Todo apuntaba a que este jueves se cerraría un capítulo de la política española, el de los siete años de Carles Puigdemont fugado de la justicia. Sin embargo, una vez más ha conseguido huir sin ser arrestado. Existen muchas incertidumbres y únicamente él y sus más cercanos saben dónde está y cuáles serán sus próximos pasos.
Se especulaba con un posible boicot a la investidura, pero el escenario ha cambiado y con este acto logra al menos dos cosas: reimpulsar su figura ante sus seguidores, cada vez menos motivados, y, al mismo tiempo, burlarse de los tribunales y de las fuerzas policiales españolas.
En las calles de Girona, saludando a la gente, nadie sospechaba aquel 29 de octubre de 2017 que, apenas unas horas después, Carles Puigdemont se encontraría en paradero desconocido. Un plan de fuga con Bélgica como destino, en concreto, en el municipio de Waterloo.
Comenzaba así lo que él mismo denomina el exilio. Casi siete años residiendo en la casa que bautiza como de la 'República Catalana', y de la que sale habitualmente para realizar viajes.
En uno de ellos, en marzo de 2018, Pablo Llarena, juez del Tribunal Supremo, activa una euroorden de detención contra el exmandatario catalán por rebelión y malversación. De este modo, llega su primer arresto.
No obstante, cuando el magistrado alemán decide que sólo será extraditado por malversación, es insuficiente para Llarena, que rechaza la entrega. Puigdemont es libre para regresar a Bélgica.
Casi un año después inicia su andadura como eurodiputado. Obtiene su escaño en las elecciones europeas y ve reconocida su inmunidad parlamentaria. "Hemos esperado mucho este momento", afirmaba ante los medios de comunicación.
Pese a que dicho privilegio no es constante a lo largo del tiempo, el expresidente catalán continúa moviéndose libremente por el continente hasta que tiene lugar su segunda detención. Ocurre en septiembre de 2021 y en la isla italiana de Cerdeña. El desenlace, de nuevo, es su libertad.
Durante el verano de 2023, los españoles se preparan para acudir a las urnas. El resultado del 23 de julio se vuelve decisivo y Míriam Nogueras, portavoz de Junts, dejaba claro que "no haremos presidente a Pedro Sánchez a cambio de nada". Y la amnistía entra en escena con unas complejas negociaciones.
Tras las votaciones nacionales, le llegó el turno a los comicios catalanes. Es el socialista Salvador Illa quien las gana y Puigdemont anunció entonces que, para el debate de la investidura, volvería a España.
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