El Zoo de Barcelona ha activado un protocolo especial para adaptar el cuidado de los animales al aumento de las temperaturas, con unas medidas extraordinarias que garantizan el bienestar y salud de los animales durante los episodios de calor intenso.
Estas medidas adicionales a la atención diaria que reciben las especies por parte de cuidadores consisten en más bebedores en las instalaciones, con más frecuencia de agua, y más limpieza y renovación del agua de las zonas de baño y los fangales, que "tienen un papel importante en la regulación térmica de animales como los facóqueros y los elefantes".
A otras especies como el bisonte, el búfalo y también el elefante, se les remoja con mangueras o aspersores, mientras que a los felinos y los osos se les activan los ventiladores de las estancias interiores de sus parcelas.
La alimentación también se adapta durante los periodos de calor, con fruta congelada y helados de caldo o de zumo de fruta para los primates; bloques de hielo con fruta para las jirafas, y granizados de gusanos para las mangostas y los suricatas.
El consistorio asegura que todas estas acciones "se hacen procurando el máximo ahorro de agua", y que el Zoo ha pasado de un consumo diario de 1.500 metros cúbicos en 2018 a 900 actualmente.
Entre las medidas de control y ahorro de agua destaca la implementación de un sistema para monitorizar el consumo de agua y otro para detectar fugas, así como la reducción de la frecuencia de limpieza y vaciado de los lagos fuera de la temporada de verano y la incorporación de riego por goteo en las nuevas zonas ajardinadas.
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