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Un 30,7% de las personas que viven en zonas de alta vulnerabilidad al calor en Barcelona declara no poder mantener la vivienda a buena temperatura durante el verano, según una encuesta del Área Metropolitana de Barcelona (AMB) y el Institut Metròpoli.
Esta es una de las principales conclusiones de la encuesta " Percepciones y estrategias de adaptación al calor extremo de los hogares vulnerables metropolitanos", donde un 19,3% tampoco puede permitírselo durante los meses fríos. El estudio también destaca que el 60 % de las personas encuestadas que vive en estas zonas más vulnerables declara tener aparatos de aire acondicionado.
Una encuesta anterior realizada en verano de 2022 sobre hábitos energéticos en los hogares metropolitanos, ya detectó cifras similares en cuanto a incomodidad en invierno (18,8%), mientras que las cifras de incomodidad eran inferiores en verano ( 23,0%). La comparativa indica que la pobreza energética se está agravando especialmente en estas zonas vulnerables con el incremento de temperaturas en verano.
Los espacios cotidianos en los que se percibe el calor con mayor intensidad son los centros urbanos de las ciudades o de los barrios, los recorridos diarios a pie o en bicicleta y en casa durante el día y la noche. El transporte público y el trabajo, son los espacios de mayor confort térmico.
De los resultados también se extrae que hay conocimiento de las ayudas para ahorrar en la factura de energía, pero bastante desconocimiento sobre los programas de atención al calor , como recibir avisos, las ayudas que hay para aislar mejor las viviendas o bien los refugios climáticos.
El estudio también pone el foco en la salud, la condición física y social y la adaptación al calor. Al respecto, concluye que el incremento de las temperaturas ha provocado problemas comunes en el 50% de los encuestados, como dificultades para conciliar el sueño, más cansancio y malestar emocional.
En este sentido, se han detectado diferencias según las características de distintos grupos: las personas en situaciones de vulnerabilidad o dependencia sufren más los efectos del calor en la salud.
Según los resultados de la encuesta, las medidas más frecuentes para paliar estas consecuencias son cambios de comportamiento en interior y exterior, la instalación de persianas o ventiladores y el desplazamiento a espacios naturales más frescos.
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