Un equipo de investigación de la Universitat Autónoma de Barcelona (UAB) ha identificado la bacteria de la peste negra, Yersenia pestis, en un individuo enterrado en el cementerio del castillo de Besora, en Barcelona, el siglo XIV. Un hallazgo que confirma que la epidemia por peste negra que asoló Europa en la Edad Media "llegó también a las zonas rurales del interior de Cataluña".
El estudio genómico se ha llevado a cabo en los restos humanos de un entierro que el año pasado "despertó la atención de los arqueólogos y antropólogos", que investigan los restos de tres adultos que fueron inhumados simultáneamente en el cementerio parroquial de la iglesia de Santa María del castillo de Besora.
El escenario, por su situación y disposición dentro de la fosa, sin signos de violencia u otra patología observable, sugería un episodio epidémico. La datación de carbono situó el entierro entre los años 1300 y 1370, coincidentes con la gran epidemia de peste negra del siglo XIV.
Esto motivó la realización de análisis genómicos para validar o no la hipótesis de que podría tratarse de muertes de la gran epidemia. A pesar de la degradación de las muestras, las investigadoras de la UAB identificaron el ADN antiguo de la bacteria de la peste negra en los restos dentales de uno de los individuos.
Además, en la campaña de excavación arqueológica de este año se han localizado dos fosas más con entierros múltiples, en este caso con los restos de tres individuos, tanto adultos como niños, en cada una.
"El hecho de que estos entierros sean próximos a la localizada el año pasado y que se encuentren en los niveles que corresponderían cronológicamente a la gran epidemia de peste negra del 1348 lleva a pensar al equipo de investigación que podrían tratarse también de individuos que murieron por la infección", han explicado desde la UAB.
"Son hallazgos excepcionales, que evidencian la gran mortalidad que produjo la epidemia de peste en zonas rurales del interior de Cataluña", señala Cristina Santos, investigadora del Departamento de Biología Animal, Biología Vegetal y Ecología de la universidad catalana.
La identificación de la bacteria de la peste negra abre la posibilidad de emprender estudios pioneros relacionados con mecanismos adaptativos en la respuesta a patógenos en las poblaciones humanas en Cataluña. "Puede permitir en un futuro testar de manera empírica los cambios genéticos que se han ido produciendo y qué variantes genéticas podrían haber aumentado su frecuencia tras la pandemia", concluyen.
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