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La lucha de la policía catalana contra los ladrones de cobre no cesa en la comunidad autónoma. Una banda ha sido desarticulada recientemente por robar cableado eléctrico en polígonos industriales del Área Metropolitana de Barcelona.
En Informativos Telecinco dimos en junio un dato relacionado con estos hechos, pues en los últimos años se han incrementado un 71 %. Este domingo, los Mossos d'Esquadra han comunicado la detención de tres hombres de un grupo especializado.
De hecho, fueron grabados por cámaras de vigilancia de varias empresas víctimas de las sustracciones. En una de ellas, el día 29 de mayo, fueron pillados in fraganti por agentes cuando acababan de llevarse cables en Sant Cugat del Vallès.
Solían actuar de madrugada y, sabiendo esto previamente, varios efectivos detectaron su presencia esa noche. Sobre las tres horas, cortaron cables de una caseta transformadora, después de forzar la puerta. En el interior dejaron una cizalla de gran tamaño.
Los responsables huyeron al observar que acudían policías y se escondieron en una zona boscosa. Incluso abandonaron unos refrescos que todavía estaban fríos. Esperaron a que saliesen hacia sus vehículos para arrestarlos.
Intervinieron ocho unidades de cable de 2,40 milímetros, de 4 metros de longitud. Su valor aproximado era de 100.000 euros. Los individuos obtenían beneficio al venderlos en dos empresas recuperadoras de metales (puntos limpios).
Esos negocios, ubicados en Hospitalet de Llobregat y Cervelló, fueron inspeccionados el 13 de junio. Descubrieron registros de ventas de cobre realizadas por los varones interceptados. Superaban los 14.600 euros.
Habían llevado allí más de 1.750 kilos del material sustraído para lucrarse. En ambos lugares levantaron actas de infracción por irregularidad en el cumplimiento de los registros previstos por ley y la omisión de comunicaciones obligatorias al organismo competente.
A los detenidos se les acusa de haber cometido hasta 15 robos desde febrero. Los Mossos colaboraron con la comisaría de Sant Feliu de Llobregat para desmantelar al grupo, tras iniciar la investigación ese mismo mes.
Por entonces, ya tuvieron conocimiento de los primeros hechos, en los que reventaban arquetas de tierra. De su interior, extraían el cableado instalado para conducir electricidad. Otras veces violentaban las casetas de contadores eléctricos.
Estas fechorías también tenían consecuencias en las empresas de los alrededores. Varias naves sufrieron cortes del suministro. Los policías averiguaron que los ladrones se movían en dos vehículos, uno de ellos una furgoneta donde cargaban los cables.
El otro, con uno de los integrantes de la organización al volante, se encargaba de vigilar para que no fuesen sorprendidos por el personal de seguridad. O por las autoridades, que han focalizado más su labor ante el aumento de este tipo de delitos.
Una vez que supieron qué automóviles usaban y cómo se distribuían durante sus actuaciones, los efectivos fijaron el dispositivo de mayo para detenerlos. Tanto al líder como a los otros dos, que se ocupaban de cortar los cables.
Obtenida autorización judicial, los Mossos registraron un inmueble de Barcelona donde vivían los sospechosos. Allí intervinieron tarjetas SIM de sus teléfonos móviles, entre otros elementos útiles para el caso. Una mujer fue denunciada por participar en un hurto y robo con fuerza.
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