Un licor convertido en medicamento para todo tipo de indisposiciones forma parte de la historia de Tarragona, el municipio catalán que trata de recuperar el recuerdo de un remedio popular usado como panacea para todos los males, en unas jornadas sobre la historia del Agua del Carmen.
Este agua "milagrosa" se convirtió en un símbolo de identidad en Tarragona, donde producían este elixir de la mano de los monjes Carmelitas Descalzos en 1909, aunque su elaboración tiene origen en Francia en 1611.
El remedio popular llegó entre 1911 y 1985 a muchas casas en España y América Latina como una solución para todo tipo de indisposiciones, mareos e indigestiones. Una receta centenaria que tomaban desde los más grandes hasta los más pequeños. En este último caso diluido en un terrón de azúcar por su elevado grado de alcohol.
"Dale una cucharadita de Agua de Carmen, verás como pronto se le pasa". Eran una de las frases más repetidas entre los mayores sobre un remedio casero que se vendía en las farmacias y guardaban en el botiquín de las casas.
El producto está elaborado con melisa, una hierba que contiene ácidos y aceites que "ayudan a facilitar la digestión y a relajar el sistema nervioso", explican los Carmelitas Descalzos sobre el licor que utilizaban para regular las funciones estomacales, estimular el hambre y calmar el mareo y la angustia.
"También se usaba para aligerar el dolor de muela. El mismo tapón de la botella -decían- era suficiente para que, en quince ‘minutitos’, hicieran efecto sus virtudes curativas", añaden. Los carmelitas franceses del primer cuarto del siglo XVII fueron quienes encontraron la fórmula para elaborar un elixir que permitía, “asustar las penas del amor, sacar la angustia que se atraganta en la garganta e, incluso, calmar la ansiedad y el nerviosismo”.
El producto combina melisa, canela, clave, limón, menta, tomillo, agua y alcohol, en un grado de concentración bastante elevado que lo hace "prohibitivo para los niños y para aquellas personas que tomen otros medicamentos". Décadas más tarde, Tarragona quiere reivindicar parte de su historia con un llamamiento a la población para recuperar la publicidad de la marca, anécdotas, testimonios de personas directas y fotografías de la fábrica.
El consistorio ha compartido por redes sociales imágenes del año 1952 en el interior de la industria del Agua del Carmen, donde aparece un grupo de mujeres trabajando en la sección de embalaje y un fraile con la selección de hierbas medicinales con las que se hacía el medicamento.
Un agua "milagrosa" que, según su prospecto, es perjudicial para personas que padecen alcoholismo y debe tenerse en cuenta en el caso de niños y grupos de alto riesgo como pacientes con enfermedades del hígado o epilepsia debido a su porcentaje de 55% de alcohol.
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