Los mejores remedios caseros para aliviar el resfriado o la gripe
La gripe y el resfriado común no perdonan en invierno
Estas infusiones y remedios caseros van a acelerar tu proceso de recuperación
Diez remedios caseros para aliviar el dolor de garganta
En invierno, coger un resfriado, o peor, una gripe, puede arruinarnos el mes y dejarnos con la energía tocada. Es en esta época cuando las defensas tienden a bajar y sufrimos un bajón de temperatura y es más fácil contagiarse y entrar en un periodo de convalecencia.
Los remedios naturales, en combinación con determinadas medicinas, son los que van a procurarnos una mejoría. No eliminarán totalmente los síntomas del resfriado o la gripe, pero sin duda nos ayudarán a mitigarlos El tiempo de recuperación será mucho menor.
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Estos remedios caseros tienen propiedades antiinflamatorias y expectorantes, por lo que son opciones ideales cuando sufrimos uno de los típicos ‘trancazos’ propios del invierno y tenemos que permanecer en la cama.
Té antigripal de gengibre y ajo
Ingredientes:
- 1 taza y media de agua
- 4-5 dientes de ajo pelados.
- Un trozo generoso de gengibre.
- Canela en polvo
- Zumo de limón
- Miel (opcional)
Preparación:
- Añadimos los trozos de gengibre y ajo a un cazo con agua.
- Hervimos durante 15 minutos a fuego bajo. Tiene que quedarnos una taza de líquido aproximadamente.
- Añadimos el chorro de limón y la miel.
- Espolvoreamos con canela.
Vaho de eucalipto
Preparación:
- En una olla con agua, sumerge varias hojas de eucalipto.
- Llévala a ebullición.
- Con cuidado de no quemarte, cubre tu cabeza con una toalla e inclínate sobre la olla para crear un espacio lo más cerrado posible.
- Inhala profundamente los vapores para descongestionar tus vías respiratorias.
Jarabe de miel
Esta receta reconfortante sirve tanto para prevenir el contagio como para aliviar los síntomas del resfriado o la gripe cuando hemos tenido la mala suerte de pillarlos.
Ingredientes:
- 1 limón
- 1 rama de canela
- 3 clavos de olor
- 1 cebolla pequeña
- 1 trozo de jengibre de unos 4cm
- Miel (de 6 a 7 cucharadas)
Preparación:
- Troceamos el limón y la cebolla y los introducimos en un tarro previamente esterilizado.
- Añadimos la rama de canela, los clavos y el trozo de gengibre.
- Por último, incorporamos la miel.
- Se ha de refrigerar durante 24 horas como mínimo en la nevera.
- Pasado ese tiempo, podemos consumirlo de varias maneras: la más sencilla es ingerir 1 cucharada sopera por la mañana y otra por la noche durante el tiempo del resfriado.
- Otra opción es agregar cierta cantidad del remedio a una bebida caliente ideal para combinarla con este remedio casero: el té.
Infusiones calientes
Tomar líquido caliente trae alivio a la garganta y a la congestión, reconforta y nos ayuda a alcanzar antes el periodo de mejoría en el que los síntomas remiten.
Dentro de las opciones está la infusión de canela con gengibre y miel, que se repite en un buen número de remedios destinados a combatir los síntomas de la gripe y el resfriado y, sobre todo, a bajar la inflamación en la garganta. Combinar esta bebida caliente con propóleo, que tiene propiedades antivirales y antiinflamatorias, nos servirá sin duda para notar una mejoría.
Cebolla cortada
Un ‘remedio de la abuela’ que funciona muy bien para aliviar los síntomas de la tos y la congestión pulmonar en periodos de convalecencia.
Antes de dormir, corta una cebolla y déjala en un plato con un poco agua. Los vapores te ayudarán a respirar mejor durante las horas de sueño. Es un analgésico natural ideal para hidratar las mucosas y aliviar el dolor de garganta.
Otro remedio es el hervido. Hierve media cebolla en un cazo, añade miel y limón e inhala los vapores. Notarás una mejoría casi instantánea.
Naranja con gengibre
Este remedio es ideal para curar la tos y la expectoración en periodos de enfermedad.
Ingredientes:
- 1 naranja
- 1 trozo de gengibre
- 2 cucharadas de miel
Preparación:
- Cortamos la naranja para dejar los laterales planos. La apoyamos en una mesa y, ayudándonos de una cuchara, vaciamos el interior en un plato, con todo el jugo. Reservamos el zumo.
- Agregamos en el hueco vacío los trozos de gengibre y un par de cucharadas de miel.
- Tapamos la naranja con una de las tapas que hemos cortado y la reservamos una hora en la nevera.
- Pasado ese tiempo, exprimimos la naranja rellena con los trozos de gengibre y agregamos el resto del zumo.
- Bebemos.
Infusión de salvia con un chorro de limón
La salvia tiene potentes propiedades bactericidas y antinflamatorias, los flavonoides que contiene tienen capacidad para luchar contra los virus y las bacterias. Una vez terminada la infusión, podemos agregar un chorro de limón y una cucharada de miel para aumentar el efecto.