Los Mossos d'Esquadra han desarticulado un grupo criminal asentado en el Vallès Oriental (Barcelona) por defraudar a 19 compañías aseguradoras, a las que contrataron un total de 39 pólizas de seguros del hogar, por un valor superior a 250.000 euros.
El fraude se cometió entre septiembre de 2019 y marzo de 2022. Una estafa masiva que ha acabado con la detención de siete personas y la denuncia a dos más como presuntos integrantes de la banda.
Los investigadores consideran acreditado que el grupo estaba formado por personas con vínculos familiares o profesionales y estaba liderado por uno de los detenidos que llegar a cobrar indemnizaciones fraudulentas por valor de más de 250.000 euros.
Este hombre, que se considera el artífice del fraude, estaba vinculado profesionalmente con el ámbito de los seguros puesto que desarrollaba trabajos de perito de seguros. Su conocimiento en el ámbito de los siniestros de seguros para llevar a cabo con éxito el fraude.
Un total de 19 compañías aseguradoras han sido víctimas de esta estafa a través del contrato de 39 pólizas de seguro en las que el riesgo asegurado se ubicaba en cuatro direcciones diferentes correspondientes a domicilios y locales situados en Canovelles, Lliçà d'Amunt , Parets del Vallès y Santa Eulalia de Ronçana.
Los investigados inicialmente contrataban las pólizas de seguro de forma simultánea a diferentes compañías aseguradoras, por lo que un mismo hogar tenía alrededor de cinco pólizas de seguro que cubrían el mismo riesgo. Luego causaban los daños originales que permitían comunicar el mismo siniestro a las distintas compañías aseguradoras, por lo que por cada siniestro se cobraban distintas indemnizaciones.
El dinero siempre se ingresaba en cuentas bancarias a nombre de líder del grupo criminal. Con este mecanismo, el líder del grupo alquiló un local en Lliçà d'Amunti a los dos meses el local se aseguró con nueve compañías diferentes, todas las pólizas tenían la misma vigencia y constaban a nombre de la misma persona, también vinculada en la trama.
Ocho meses después de la contratación, se causó un siniestro a propósito que causaba la inundación del local y consecuentemente daños al parqué que había instalado. Ese único siniestro, causado a propósito, serviría para comunicar los daños causados a todas las compañías.
El líder del grupo investigado, manifestaba que prefería reparar los daños con profesionales de su confianza y por tanto solicitaba que los daños causados fueran indemnizados y no reparados, por lo que el grupo aportaba los mismos presupuestos y facturas, emitidos por profesionales también vinculados a la trama.
Por último, las compañías entendían que los daños habían sido reparados e ingresaban las cuantías correspondientes a las indemnizaciones otorgadas, a las cuentas corrientes que figuraban en el expediente de cada una de las compañías. Así, por estos nueve siniestros declarados fraudulentamente en Lliçà de Vall, el grupo criminal ingresó en indemnizaciones, cerca de 35.000 euros.
Esta dinámica se fue repitiendo en otros locales alquilados en Canovelles, Parets del Vallès y una vivienda también alquilada en Santa Eulàlia de Ronçana, llegando así a ingresar el total de cerca de 250.000 euros.
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