Cataluña limita por primera vez el consumo de agua al sector turístico por la sequía
El límite será obligatorio cuando el municipio del alojamiento turístico incumpla el consumo máximo durante tres meses consecutivos
Los establecimientos de alojamientos turísticos podrán consumir lo mismo que los domicilios
Cataluña permitirá llenar piscinas públicas y privadas si actúan como refugio climático
La Generalitat de Cataluña ha incorporado por primera vez en el Plan Especial de Sequía limitaciones de consumo de agua para establecimientos de alojamientos turísticos, que serán equivalentes al consumo doméstico de los ciudadanos catalanes.
Así lo ha anunciado la portavoz del Govern, Patrícia Plaja, este martes en rueda de prensa tras la reunión del Consell Executiu, donde ha detallado que el Govern ha aprobado un decreto ley de medidas urgentes para la sequía, donde destaca el nuevo umbral de consumo de máximo por plaza para el sector turístico.
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Los municipios en los que se superen durante tres meses consecutivos estos máximos deberán aplicar limitaciones de consumo a los establecimientos de alojamientos turísticos.
El plan de sequía ya contemplaba que los consistorios pudieran limitar el consumo de agua de la población, pero hasta ahora no se había establecido un umbral concreto. Así, el límite máximo de consumo por plaza hotelera en fase de excepcionalidad será de 115 litros; en la fase de Emergencia I será de 100 litros; en la de Emergencia II, de 90 litros; y en la de Emergencia III, de 80 litros.
Piscinas como refugio climático
La otra gran novedad es que la Generalitat permitirá que los ayuntamientos puedan llenar las piscinas públicas y privadas este verano, con agua potable pese a la sequía, siempre que cumplan la función de refugio climático.
"Si una piscina privada no está censada como refugio climático, no se podrá llenar ni rellenar", destacan desde la Generalitat sobre el caso de piscinas particulares, comunitarias o de cualquier establecimiento turístico. Para ello, deberán tener un acuerdo con el ayuntamiento para que estén abiertas al uso público “en los términos que los municipios pacten con los privados”.
El acuerdo contempla que el llenado se realice “en las cantidades indispensables para mantener su seguridad sanitaria” y con la condición de que se compense el agua usada con otras “medidas de ahorro” en las mismas piscinas, como podría ser con el cierre de las duchas.
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