En Cataluña, la escasez de lluvias es una realidad que tiene a la región sumida en la peor sequía. Para aliviar esa situación el Departamento de Acción Climática de Cataluña ha decidido la tala de árboles en una zona de la comarca del Ripollès, cerca de un afluente del río Ter para aumentar en un 7 % el agua que no se quede en la vegetación y vaya directamente al río.
La escasa lluvia que cae en Cataluña la absorbe en gran parte la vegetación, extremadamente seca y así menos cantidad de agua acaba en el río, que nutre a los pantanos y a la población.
Los bosques muy densos y con mucha competencia consumen grandes cantidades de agua y, además, los árboles compiten entre sí para obtener la poca agua disponible y eso hace que crezcan más débiles y vulnerables a incendios, fuertes vientos y plagas.
El Departamento de Acción Climática, en este contexto, ha iniciado un proceso de tala de uno de cada cuatro pinos de una antigua repoblación forestal de los años 70 del siglo pasado en Molló (Girona), así como una reducción selectiva del matorral hasta un 35 % de la abundancia actual.
Los trabajos, que afectan a 61 hectáreas, incrementarán la provisión de la llamada agua azul -destinada al consumo- en los niveles de agua del Ritort, un afluente del río Ter a su paso por Camprodon.
El Ter es uno de los principales ríos del sistema Ter-Llobregat, que nutre parte de Girona y el área metropolitana de Barcelona, y que está en fase de emergencia, con las reservas en el 15,79 %.
En concreto, la actuación inicial sobre esas 61 hectáreas en Molló se traducirá en un aumento del agua azul de un 7 %, es decir, que pasaría del 50 al 57 %.
En un año de precipitaciones normales, el aumento de recursos sería de 0,1 hectómetros cúbicos, cifra que en litros corresponde al consumo anual de agua de 2.740 personas (calculando un consumo doméstico diario de 100 litros al día), lo que equivaldría aproximadamente a la población de Camprodon (2.487 habitantes).
"La sequía ha llevado a los bosques a una situación de emergencia forestal, no solo por la falta de agua y el aumento de las temperaturas, sino también por el abandono de la gestión forestal en los últimos 40 años, con unas masas muy densas a las que les cuesta vivir en situaciones tan adversas", ha afirmado la directora general de Bosques y Gestión del Medio de la Generalitat, Anna Sanitjas.
En la actual planificación hidrológica de la Agencia Catalana del Agua (ACA) hasta el 2027, se prevé destinar más de 3,2 millones de euros en actuaciones destinadas a la gestión forestal vinculada a la recuperación del agua azul.
Entre estas actuaciones destacan colaboraciones técnicas y económicas en intervenciones forestales orientadas a la recuperación de agua azul, así como estudios de adaptación al cambio climático, entre otros.
Desde hace más de 3 años, la ACA y el Centro de Ciencia y Tecnología Forestal trabajan en el proyecto de agua azul HIDROBOSC (2021-2024), con una inversión de 440.000 euros aportados por la Agencia, para identificar un mapa idoneidad y obtener más recursos hídricos a partir de la gestión de los bosques.
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