La falta de precipitaciones podría dejar a los habitantes de Barcelona sin agua potable en verano. Un escenario nunca visto que coge fuerza en plena emergencia por sequía que afecta a más de seis millones de personas en Cataluña.
Los episodios de lluvia del pasado fin de semana han avivado la esperanza, aunque no es suficiente para mitigar la sequía. Por ello, la Administración ya tiene en mente la opción de que el agua no sea apta para el consumo humano en cuestión de meses, aunque esto no supondría un riesgo para la salud, según ha avanzado 'El Periódico' y ha confirmado Informativos Telecinco.
El agua del grifo podría superar algunos indicadores de calidad fijados por el Real decreto 3/2023. De este modo, no sería apta para el consumo humano al no catalogarse de potable.
Esta problemática afectaría de lleno a la capital catalana como a las localidades que se abastecen del sistema Ter-Llobregat, inmersas en la primera fase de emergencia por sequía, con una limitación de 200 litros de agua por habitante y día.
En algunas localidades de Cataluña, la baja cantidad de agua en embalses y acuíferos ya ha provocado la concentración de contaminantes en la red del agua. De hecho, el 55% del agua que consumimos en Cataluña ya no proviene de embalses y procede de regeneradoras, potabilizadoras y desalinizadoras.
Es el caso de Ripoll y Campdevànol (Girona), dos municipios que recomendaron a la población a finales de febrero que se abstuviesen de consumir agua del grifo para beber o cocinar ante un aumento en el nivel de arsénico superior a 10 microgramos por litro en la zona.
La Societat Municipal d'Aigües de Ripoll detectó un aumento de este elemento químico que se encuentra de forma natural en el agua, pero que debido a la sequía, la actual red de agua para el consumo humano contenía unos niveles más altos.
Otro de los productos químicos que afectó a cinco pueblos de Lleida es el nonilfenol, que se emplea en detergentes industriales que desde el pasado mes de septiembre se ha incluido en las analíticas. Su aparición
Por ello, la Conselleria de Salud comunicó a Sorpe, Peramea, Rialp, Alins y Massalcoreig la prohibición de beber agua del grifo, o usarla para cocinar, por la aparición en los análisis de nonilfenol.
Los embalses de las cuencas internas catalanas han aumentado su capacidad dos décimas y llegan al 14,96% con respecto a este lunes, cuando estaban al 14,77%, según la última actualización del informe de los embalses de la Agència Catalana de l'Aigua (ACA), consultado por Europa Press, después de las lluvias de este fin de semana.
El embalse de Darnius Boadella se encuentra al 11,53% de su capacidad; el de Sau está al 2,69%; Susqueda al 21%; La Baells está al 19,58%; La Llosa del Cavall, al 16,08%; Sant Ponç, al 26,27%; Foix, al 60,15%; Siurana, al 3,09%, y Riudecanyes, al 2,69%.
Los embalses del sistema Ter-Llobregat, que abastece a Barcelona y su área metropolitana y Girona y su entorno, también han aumentado su capacidad y se encuentran al 15,37%, cuando este lunes estaban al 15,17%.
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