Su trabajo es encontrar soluciones para sobrevivir en un mundo con muy poca agua y cómo cultivar alimentos en condiciones extremas. El desierto de Utah, en Estados Unidos, es lo más parecido a Marte en la Tierra. Allí les esperan sus trajes de astronauta y allí van aprender a vivir con una decima parte del agua que consume una persona al día y a temperaturas extremas. Van a medirse sobre el terreno pero sobre todo a trabajar en una treintena de proyectos para estudiar la viabilidad del destino.
Es el reto de nueve científicas catalanas realizarán una misión de simulación a Marte, que estará liderada por Ariadna Farrés, la comandante e investigadora en el centro de vuelo espacial Goddard de la NASA que repetirá en la segunda tripulación íntegramente femenina del proyecto 'Hypatia'.
"Una de nosotras tiene que haber estado antes en la estación por la familiaridad del entorno. La primera misión fue espectacular, mucho mejor de lo que esperábamos. Los días pasaron volando. Fue intenso, pero también gratificante", recuerda Ariadna Farrés, quien participó como científica y responsable de salud y seguridad en la primera misión realizada en abril de 2023.
Ahora, Ariadna liderará la segunda tripulación que entre el 2 y 15 de febrero de 2025 llevarán a cabo una nueva misión en la estación análoga Mars Research Desert Station (MDRS), en Estados Unidos. "El hecho de que todas seamos mujer es un plus, gente con diferentes perfiles científicos aportamos algo diferente".
Una oportunidad que en la primera vez sirvió para crear una sinergia "brutal" entre las astronautas. "Fueron 15 días, pero hubiera estado un mes". El equipo se dedica a calcular las trayectorias de los equipos satélites en el espacio y qué tipo de maniobras tienen que hacer para llegar. "Para un viaje a Marte tenemos que saber cada cuánto encender el motor para salir de la Tierra y llegar de una forma segura".
En su caso, Ariadna se encarga del proyecto de navegación. "En Marte ahora mismo no hay sistemas de GPS. Cuando salimos tenemos que usar mapas". Por ello, la matemática de Barcelona se encargaba de establecer diferentes estrategias de navegación en Marte. "Tenía que pensar cómo poder diseñar un sistema de GPS en Marte y cuántos satélites necesitaríamos para tener cobertura en 24 horas".
Una misión que tiene como objetivo promocionar la exploración espacial, pero también visibilizar el rol de la mujer en la ciencia y fomentar la vocación científica entre las niñas.
"Los números no engañan, hay pocas mujeres que se dediquen a la ciencia. En el sector aeroespacial solo hay un 20%. Solo un 11% de la gente que han estado en el espacio son mujeres. Y aún es más desesperante que en la Luna solo han puesto los pies los hombres", lamenta Ariadna.
Muchas mujeres deciden estudiar carreras científicas, pero con el tiempo se produce "un efecto tijera", según la comandante e investigadora en el centro de vuelo espacial Goddard de la NASA, "A medida que vas escalando para ser investigadora principal o doctora, se van quedando por el camino".
Por ello, desde la tripulación Hypatia visibilizan el papel de la mujer en la ciencia, con una misión análoga para practicar los diferentes protocolos necesarios para un futuro. "Queda mucho para ver a personas en Marte, el camino es muy largo. Son entre seis y nueve meses que tendríamos que estar viajando por el espacio". El coste de la primera misión de Hypatia fue de 50.000 euros y prevén que en la próxima para febrero de 2025 sea similar.
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