La Generalitat de Cataluña ha declarado este jueves la segunda fase de emergencia por sequía en 12 municipios del Alt Empordà (Girona), que tendrán limitado el consumo de agua a 180 litros por habitante y día.
La portavoz del Govern, Patrícia Plaja, ha informado de la nueva situación en las localidades abastecidas por el embalse Darnius Boadella, que ha llegado al 11% de su capacidad, lo que "supone un cambio de escenario respecto a la situación actual".
Estos municipios son los primeros en Cataluña en cambiar de fase por la sequía, con un límite de consumo de 20 litros menos respecto a los que continúan en la primera etapa del plan de emergencia decretado el pasado 1 de febrero.
Entre las localidades afectadas está Figueres o Cadaqués y las nuevas restricciones empezarán la semana que viene, según han informado tras la reunión de la comisión interdepartamental de la sequía, junto al secretario general de Acción Climática de la Generalitat, Josep Vidal, y el secretario de Empresa y Competitividad, Albert Castellanos.
Los doce municipios tendrán prohibido el riego de jardines, zonas verdes públicas y privadas salvo agua regenerada. También el llenado de piscinas y se efectuará el cierre total de duchas en gimnasios y equipamientos deportivos.
Otra de las novedades es la aprobación del régimen especial para el consumo de agua procedente de desalinizadoras privadas, que permitirá reducir el agua de la red pública.
El Govern también ha anunciado una flexibilización de las restricciones en el uso del agua para la agricultura y la ganadería en Cataluña, para dar "viabilidad" a sus explotaciones durante la sequía, y así se da respuesta a las peticiones que ha venido haciendo el sector primario.
Plaja ha insistido en que con esta flexibilización se pretende proteger la viabilidad de las explotaciones agrarias y ganaderas, para que ningún profesional del sector primario "tenga que abandonar su actividad".
El Plan Especial de Sequí prevé que en fase de emergencia se reduzca un 80% el riego agrícola, en un 50% el de ganadería y en un 25% el industrial, el mismo que para otros usos recreativos.
En el ámbito de la ganadería, se dejará de aplicar la reducción del 50% en el uso de agua, como se hacía hasta ahora, en las explotaciones donde la actividad se basa en hembras reproductoras (porcino, bovino, ovino y caprino de leche y carne, aves incluídas las ponedoras y conejos).
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