El Hospital Gemans Trias (Can Ruti) de Barcelona ha puesto en marcha un protocolo de atención urgente pionero en Cataluña, que ha servido para detectar 120 casos de ictus de retina.
El centro hospitalario catalán puso en marcha el proyecto contra la oclusión arterial retiniana, que puede provocar una pérdida de la visión irreversible si no se actúa antes de las seis horas desde el inicio de los síntomas.
Esta emergencia ocular se presenta como una pérdida de visión monocular, brusca e indolora, causada por un trombo que obstruye la arteria principal de la retina.
"Es poco prevalente y poco conocida, pero detectarla a tiempo es fundamental", explican desde el Hospital Germans Trias, donde participan profesionales de los servicios de Oftalmología, Neurología, Radiología, Neurointervencionismo y Urgencias del Hospital.
Su acción coordinada permite un diagnóstico rápido y tratar cada caso para intentar recuperar la visión. "Es fundamental poder aplicar una terapia que deshace el trombo que causa la obstrucción y recupera el flujo sanguíneo en el ojo".
Este tratamiento, que se puede administrar por vía intravenosa o intraarterial, todavía está poco extendido, pero es el único eficaz, y si se realiza a tiempo, puede facilitar la recuperación visual. Es el caso de una quincena de pacientes que fueron tratados con esta terapia, que experimentaron mejoras significativas en la agudeza visual respecto a aquellos que no fueron tratados.
El centro hospitalario comparte la necesidad de que la población, de igual modo que ya conoce bien los síntomas característicos del ictus, también pueda reconocer como símbolo de alarma el perder visión de un ojo, de forma brusca, y sin dolor ni enrojecimiento.
“El demasiado tiempo transcurrido desde la aparición de los síntomas hasta llegar al hospital es el que nos ha impedido tratar a más pacientes, por lo que es clave no tardar en pedir asistencia médica”, aconsejan.
El protocolo pionero se activa después de que el servicio de Oftalmología diagnostica al paciente que ha llegado a Urgencias con una pérdida repentina de visión profunda e indolora en un ojo.
Posteriormente, los servicios de Neurología piden una prueba de neuroimagen para valorar la circulación cerebral y, en su caso, indica un tratamiento para restaurar el flujo sanguíneo en el ojo.
Por último, el protocolo quiere dar un paso más gracias a la inteligencia artificial: "En un futuro no muy lejano permita llegar a determinar exactamente cuándo se ha iniciado este ictus y su tiempo de evolución, para poder tratar a más pacientes o incluso predecir su pronóstico".
La importancia de una detección temprana de los síntomas y de solicitar atención médica inmediata es fundamental, puesto que los pacientes que sufren un ictus de retina tienen un alto riesgo de sufrir un trastorno cerebral o cardiovascular en las semanas posteriores.
“Trabajar de forma coordinada con un protocolo como éste es vital para mejorar el pronóstico de estos pacientes, ya no sólo a nivel visual, sino para prevenir futuros eventos vasculares que van más allá de perder la visión”, apunta Alejandro Bustamante, médico especialista de la Unidad de Ictus del Hospital Germans Trias.
“Si no se tratan, casi ninguno mejora y quedan abocados a la ceguera y a otras complicaciones oculares severas”, subraya Susana Ruiz-Bilbao, retinóloga del Servicio de Oftalmología, para quien la baja incidencia de esta enfermedad no es razón para no considerarla suficientemente en serio.
La oclusión de la arteria central de la retina tiene una incidencia de uno de cada 10.000 visitas oftalmológicas urgentes, aunque en el Germans Trias esta cifra fue el año pasado de 12 por cada 10.000 visitas. "Es una patología existente, pero hay que buscarla precozmente y detectarla para aflorar su impacto", remarca.
Suscríbete a las newsletters de Informativos Telecinco y te contamos las noticias en tu mail.
Síguenos en nuestro canal de WhatsApp y conoce toda la actualidad al momento.