Un pueblo de Lleida está desbordado con la llegada masiva de migrantes procedentes de Dakar, que viajan hasta Canarias en cayucos y posteriormente se trasladan hasta Guissona, donde hay una gran comunidad de 600 senegaleses.
La localidad catalana ha recibido en las últimas semanas a 61 personas más, que acuden en busca de familiares, amigos o conocidos que puedan acogerlos. Una situación "preocupante" para el consistorio, al apelotonarse en los pisos de los senegaleses instalados en el municipio y, que en algunos casos, reúnen hasta más de cinco personas en espacios reducidos.
"Están sobreocupados. El Ayuntamiento no dispone de viviendas para cubrir estas necesidades. Tendremos que recurrir a vecinos y voluntarios. No damos la rapidez y la agilidad que nos gustaría.", lamenta el alcalde de Guissona, Jaume Ars.
Ante esta problemática, el consistorio pide ayuda para dar respuesta a la llegada masiva de migrantes ."Pedimos a la Generalitat de Cataluña que creen estructuras en el Ayuntamiento de Guissona y al Gobierno agilizar la documentación".
De momento, algunos de los afectados se han quedado a dormir en casa de Papu, el traductor que les está ayudando a comunicarse y adaptarse.
"Han dejado atrás a sus familias y quieren ayudarlas. Viajan para sobrevivir. De momento, lo que pueden hacer es estudiar la lengua. No pueden trabajar", explica Papu.
Todos ellos han realizado un pequeño curso de integración sobre el municipio y las nociones básicas de la lengua. "La previsión es que en los próximos días lleguen más personas procedentes de Dakar. "Hay dos pateras que todavía no sabemos dónde están. Llevan 47 días en el mar, no sabemos si están vivos", reconocen.
Un éxodo migratorio que ha saturado la localidad de unos 7.000 habitantes. "Es un mensaje que estamos lanzando a Dakar, que avisen de que la situación en Guissona tampoco es tan óptima y que los pasos van a ser complicados si vienen aquí".
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