Los Mossos d’Esquadra han acometido hoy un operativo policial para el desalojo de los okupas de los edificios conocidos como ‘El Kubo’ y ‘La Ruïna’, ubicados en el barrio de la Bonanova, en Barcelona. Para ello, han llevado a cabo un gran despliegue, con unos 300 agentes involucrados que, para el control de la zona, han cerrado el tráfico y asegurado las calles aledañas.
Para llevar a cabo la operación, frente a un grupo de okupas en principio indeterminado, a la hora de adentrarse en el edificio los agentes antidisturbios han empleado una especie de 'jaula casera' de metal para protegerse ante posibles lanzamientos de objetos y evitar agresiones desde el interior de los inmuebles.
En un primer momento, los efectivos desplegados encargados de adentrarse en los edificios han demandado a los okupas por megafonía que los abandonasen voluntariamente, pero muchos de ellos han decidido atrincherarse, rehusando a cooperar y resistiéndose a ello.
En esta situación, el operativo, que se ha iniciado a alrededor de las 5:30 de la madrugada, se ha extendido durante unas cinco horas, con un perímetro de seguridad en la zona que había desviado el tráfico alrededor de las casas.
Con ello, la policía catalana, aseguraba las inmediaciones para evitar que acudiesen más okupas al apoyo de los que se atrincheraban en el interior, con los que comenzaron a negociar.
Los agentes, a alrededor de las 9:00 horas, han tomado las plantas superiores del edificio ‘Kubo’, mientras los okupas continuaban resistiéndose a salir y concentrándose en la azotea de los edificios. Uno de ellos, de hecho, se llegó a colgar de la fachada de 'el Kubo', encaramándose allí hasta la llagada de la Unidad de Montaña de los Mossos d'Esquadra, que uno a uno fue bajando a todos con una grúa sin mayores altercados.
En total, siete okupas han sido detenidos.
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