Los okupas de la Bonanova se preparan para el intento de desalojo el 30 de noviembre: "Será un campo de batalla"

Los okupas de la Bonanova convertirán los edificios de El Kubo y La Ruïna en "un campo de batalla" el próximo 30 de noviembre, fecha en la que está previsto el nuevo intento de desalojo en las fincas ocupadas desde hace 15 años en la zona alta de Barcelona.

El barrio de Sant Gervasí-La Bonanova se convirtió en un artefacto electoral en las anteriores elecciones municipales y en un 'campo de minas' entre vecinos, antisistema y Desokupa, que participó en una de las concentraciones en el día que supuestamente tenían previsto desalojar, sin orden judicial, las dos casas.

Pero la tensión volverá a las calles a finales de noviembre, y los okupas advierten que están preparados para todo. "La última vez les salió mal, esta vez les saldrá peor, que asuman el coste".

Las 'trincheras' del Kubo y La Ruïna

Una guerra "abierta", por lo que "aceptan" el desafío y "abrazan el conflicto". "No reconocemos su autoridad, no respetamos sus leyes ni legitimamos sus sentencias. Sabemos que volverán a utilizar todo su aparato represivo", añaden en un comunicado difundido por redes sociales.

Los okupas han avisado de que utilizarán lo que tengan a su alcance para combatir "en esta guerra social". "Estamos listos para responder con toda nuestra furia. La rabia y la imaginación siempre encontrarán formas en las que manifestarse".

Para ellos, este conflicto "ni empieza ni termina" con el desalojo del Kubo y La Ruïna . "Los espacios okupados son más que las cuatro paredes y el techo que forman un edificio y nunca fueron meros lugares de ocio alternativo. Son sobre todo los individuos que se involucran en él, sus proyectos, deseos, preocupaciones... y sabemos que nada de esto se pierde en un desalojo".

Asimismo, reconocen que "pase lo que pase", seguirán "okupando casas vacías" y las defenderán "con todas sus fuerzas".

Intento de desalojo

El edificio de pisos El Kubo ya vivió su primer intento de desalojo el pasado 23 de marzo, y los agentes no ejecutaron el lanzamiento al considerar que no tenían las suficientes "garantías de seguridad" para realizarlo correctamente.

El intento frustrado de desahucio elevó el grado de confrontación entre okupas y algunos jóvenes. Así, en cuestión de semanas esta zona pasó de incidentes aislados de convivencia a convertir la plaza de la Bonanova en una batalla con concentraciones simultáneas entre los grupos de centro, derecha y extrema izquierda.