El mundo entero recuerda este jueves a Copito de Nieve, el primate que se convirtió en una estrella del Zoo de Barcelona, donde vivió 36 años hasta que falleció el 24 de noviembre de 2003.
La imagen entrañable del único gorila albino marcó a muchas generaciones de barceloneses, que 20 años después mantienen el recuerdo del primate que llegó a España en 1987, procedente de Guinea Ecuatorial.
Sus inicios se remontan en 1966, cuando un grupo de agricultores mató a una hembra de gorila que se comía sus cultivos de plátanos café. Tras el suceso, encontraron una cría de gorila totalmente blanca que estaba agarrada con fuerza al cuerpo de su madre.
Se trataba por aquel entonces de Nfumu Ngui, que acabó en manos de un indígena de la tribu fang. Sin embargo, a los cuatro días le ofreció el primate a Jordi Sabater Pi, especialista catalán en etología, que se hizo cargo del animal.
La cría de gorila pasó un mes en proceso de adaptación, adaptándose bien a la vida en cautividad y al trato con humanos, por lo que fue enviada al Zoo de Barcelona, donde llegó el 1 de noviembre de ese mismo año.
Un mes más tarde se presentó al mundo, pero sin especificar su nombre. Fue a partir de 1967, cuando un artículo en una revista científica puso el conocido nombre de Copito de Nieve a Nfumu Ngui, que estuvo viviendo los once primeros meses en Barcelona en un piso del Eixample con un veterinario del Zoo.
Su mujer se hacía cargo de crías de chimpancés, gorilas y otros primates y era conocida en el Zoo como 'mamá gorila'. Durante ese tiempo, Copito de Nieve llegó a irse de vacaciones con la familia a al Montseny y a Menorca.
Una vez asentado en el Zoo de Barcelona, Copito de Nieve se convirtió en un emblema de la ciudad tras 36 años en la capital catalana, donde tuvo 21 hijos con tres hembras diferentes: siete con Ndengue, nueve con Bimvili y cinco con Yuma. Incluso llegó a tener sus dos primeras nietas en 1999, que eran Nimba y Batanga.
Finalmente, en el 2003, Copito de Nieve murió debido a una afección grave de la piel. A pesar de los esfuerzos de todo el personal veterinario y de los cuidadores, su estado se fue degradando a causa de la edad y la enfermedad. Una muerte que 20 años después no ha quedado en el olvido y que los barceloneses recuerdan.
El albinismo se produce por la falta de melanina en las células que dan pigmentación a la piel y los ojos. "El que sufría Copito era equiparable al que se da con frecuencia en humanos, que afecta al tejido cutáneo y ocular y provoca una especial sensibilidad a los rayos ultravioleta solares", explican desde el Zoo de Barcelona.
Se trata de un rasgo hereditario y recesivo y las parejas de Copito de Nieve han sido siempre no albinas, por lo que la probabilidad de tener descendientes albinos es baja.
El grupo del PP en el Ayuntamiento de Barcelona ha propuesto dedicar una calle y un monumento al gorila albino Copito de Nieve. "Ha tenido un papel relevante en la historia de la ciudad, así como en el ámbito de la ciencia y la investigación de Barcelona", ha defendido el líder del grupo, Daniel Sirera.
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