El contenido violento y pornográfico al que están expuestos los menores a través del teléfono móvil supone un peligro en sus áreas de desarrollo. El último caso es el de algunos niños de 12 años en Barcelona, que forman parte de un grupo de WhattsApp en el que los Mossos d'Esquadra tratan de identificar a su administrador.
Según Marcela San Cristóbal, psicóloga infantojuvenil en la Asociación EXIL, centrada en la atención a afectados por traumas derivados de violaciones de los Derechos Humanos, este contenido "fuera de contexto puede llegar a paralizar el desarrollo natural" de los menores.
En el caso del grupo de WhattsApp viralizado en la capital catalana, su contenido incluye archivos pornográficos, de maltrato animal, comentarios racistas, peticiones de sexo, insultos o referencias a la venta de marihuana, según ha avanzado El Periódico.
Un material que si no es capaz de "entenderse y digerirse por un niño, es amenazante". Por ello, "dependiendo de la cantidad de contenido y exposición, puede afectar en la ansiedad y exposición sexual", reconoce la psicóloga sobre el daño que puede infringir en niños de 12 años, la etapa preadolescente donde hay cambios hormonales, sexuales y también a nivel neurológico.
Para Marcela San Cristóbal, la gestión de los padres es esencial en este tipo de problemática. "Evidentemente le causará un impacto ver a qué contenido está expuesto su hijo pero es importante no culpabilizar ni sancionar".
De momento, a los Mossos d'Esquadra no les consta ninguna denuncia y ya investiga los hechos, en los que los menores de primero de la ESO habrían sido añadidos por desconocidos. Por su parte, la policía catalana ha recomendado a los afectados salirse del grupo, no interactuar en el grupo y denunciar los hechos.
En este sentido, la psicóloga recomienda al adulto que "se calme, intente contactar con este niño y darle la posibilidad de que se explique en un contexto de entendimiento".
Sobre el tipo de mensaje a la hora de hablar con el menor, debe ser "adecuado a lo que ellos pueden entender". Además, entre los 9 y 12 años, debe ser "el momento" para incorporar más información sexual, no solo biológica, donde "pueda explicar de qué manera impacto en su propio sentir e imagen".
Finalmente, Marcela San Cristóbal, recalca la importancia de acceder a las herramientas de control parental. "Las comidas en casa tienen que ser sin móvil. Los menores de 12 o 13 años no deberían tener dispositivos, mientras que el uso de las pantallas debería estar regulado, acompañado y también disfrutado".