El aberrante caso del padre que ha violado a su bebé de siete meses nos tiene conmocionados a todos. Los servicios sociales ya les había retirado la custodia, a él y a la madre, hace meses y tenían una orden de alejamiento de la pequeña.
La Policía dio con el domicilio al tirar del hilo del contenido pedófilo. Las condiciones de insalubridad de la vivienda activaron el protocolo y libraron a la bebé de nuevas agresiones.
Los agentes se quedaron impactados cuando rastrearon minuciosamente los dispositivos electrónicos del padre. Había dado un paso más allá. Del consumo de vídeos de menores pasó a grabar él mismo esas imágenes. Entonces la bebé tenía menos de cuatro meses.
Se trata, según los expertos de una falta total de empatía con un posible fin: acceder a contenido sexual aún más aberrante, utilizando como moneda de cambio los vídeos de su hija.
La Policía en un primer registro no halló esos vídeos pero si sospecharon que la bebé no estaba en un entorno adecuado y les retiraron la custodia.
Una vecina cuenta que la niña no tenía buen aspecto. “Estaba como con arañazos y la llevaban toda tapada…”
Cuando, los investigadores logran constatar la agresión sexual y el intercambio de archivos entre la pareja, los dos son detenidos.
Ahora se enfrentan a penas que pueden sumar los 15 años de cárcel por agresión sexual agravada, nueve por otro delito de producción de pornografía infantil y de cinco a nueve por un delito de distribución de pornografía infantil.