Dolores y Pilar Vázquez, las gemelas acusadas de matar al novio de una en 2021 en Sabadell (Barcelona) han negado en la segunda jornada del juicio que participaran en el crimen, mientras que el cuñado de la víctima ha confesado el asesinato en legítima defensa.
Los tres han declarado este martes en el juicio con jurado que sigue en la Audiencia de Barcelona, en el que se enfrentan a una petición de 24 años de cárcel por asesinato, y todos han contestado solo a las preguntas de sus defensas.
En el caso de Isaac, pareja de Pilar, que compartía piso con la víctima, ha asegurado que cuando llegó a casa oyó una discusión en el dormitorio de la mujer y cristales romperse, por lo que cogió una pata de cabra y entró en la habitación.
"Pedro al verme se dirigió a atacarme. Me lanzó un puñetazo y le golpeé en la cabeza. Me defendí porque me había atacado. Me fui donde estaba Dolores para preguntarle si estaba bien y, cuando me giré, Pedro no estaba en la habitación", ha explicado el autor material de los hechos.
Según el acusado, la barra metálica estaba en el interior del domicilio y la tenía "por si entraban a robar", como medida de "protección al vivir en un barrio conflictivo".
Por su parte, Pilar Vázquez, ha declarado que no pudo evitar el crimen, mientras que Dolores, la pareja de la víctima mortal, ha coincidido en explicar que estaba discutiendo con Pedro, según ella, porque se había alterado al saber que el cuñado llegaría al piso dado que tenía una mala relación con la familia de la mujer.
"Era violento, me había agredido física y verbalmente", ha dicho la mujer al explicar por qué su familia no aceptaba a su pareja. Aun así, ha asegurado que su relación de pareja era buena, con algunas discusiones sin relevancia, y durante la discusión de esa noche ha contado que la víctima la tiró sobre la cama antes de que llegara el cuñado.
"Pedro se puso nervioso, quería salir. Yo intenté agarrarlo por detrás y me tiró a la cama. Se cayó un vaso y se rompió. A los segundos entró Isaac por la puerta con un palo y se pusieron a pegarse. Salieron al pasillo. Yo me quedé en la habitación temblando", detalla Dolores.
Más tarde, vio como Isaac entró a la habitación y estiró la sabana de su cama para envolver a Pedro. "Salió del ascensor con el cuerpo envuelto en una manta, me dijo que le ayudara. Lo hice porque me lo dijo. Estaba en pánico", añade Dolores, quien afirma que no se manchó de sangre y que tomaba medicación al estar diagnosticada con depresión.
Esa noche, vecinos de la finca grabaron a través de la mirilla como los tres acusados movían el cuerpo y limpiaban los restos de sangre del rellano, algo que la mujer ha asegurado que lo hizo porque su cuñado se lo ordenó y porque estaba "en pánico, inmovilizada".
Uno de los vecinos ha declarado en el juicio que escuchó golpes "muy fuertes", pero no gritos ni discusiones. "Estaba con auriculares. Me asomé por la mirilla y vi a Isaac con un objeto en la mano. No le vi dar ningún golpe".
Este vecino también ha destacado que vio a las gemelas limpiando el suelo y posteriormente al novio de una de ellas. "Ahora sé que era sangre, pero en su momento no lo sabía. Al final vi rojo en el suelo. Ellos susurraban, escuchaba una especie de respiración rota. Como si le faltara el aire a alguien".
A diferencia de la versión de los acusados, que tienen derecho a mentir para defenderse, la Fiscalía cree que entre los tres planificaron el crimen y que el asesino confeso y su pareja llegaron al piso donde estaba la víctima por sorpresa.
Además de las grabaciones y las declaraciones de los testigos, en la causa consta como prueba un mensaje de WhatsApp que el autor confeso envió a la pareja unos 20 minutos antes del crimen, en el que le decía "A las dos allí".