La acampada de Paquita frente al piso de su ''inquiokupa' en Barcelona: "Si no me planto aquí, no voy a recuperar mi casa"

Paquita Gutiérrez lleva acampada una semana frente al portal del piso que heredó de su madre. La inquilina estuvo al corriente de los pagos hasta que la antigua propietaria murió. Desde entonces, su ''inquiokupa' lleva 20 meses sin pagar el alquiler, por lo que reclaman solución a escasos metros del edificio en la Avenida Meridiana 633 de Barcelona.

La madre de Paquita, con Alzheimer, fue ingresada en un centro de día. Al enterarse una trabajadora social, les pidió si podía alquilar el piso y la familia aceptó por 650 euros mensuales, con todo amueblado. "Los primeros meses pagaban hasta que murió mi madre. Les dijimos que serían los primeros en acceder a comprar el piso, si querían, o esperaban a que se terminase el contrato de alquiler". Sin embargo, la única respuesta de la inquilina fue la de no efectuar los pagos de alquiler.

"Los ahorros de mi madre, que tenía en la cuenta porque se descontaba los suministros, se han agotado. Pusimos una denuncia hace 10 meses y no tenemos juicio. Si no me planto aquí y hago presión no voy a recuperar mi casa", explica Paquita, "impotente" ante una situación en la que se han sentido engañados en más de una ocasión.

"Seguimos dialogando con ellos y nos dijeron que se marchaban, firmaban el documento de cesión de vivienda, entregaban las llaves y se iban. Nos han vuelto a engañar porque solo nos entregaron las llaves y ahora ya no cogen el teléfono".  De momento, los okupas abandonaron el piso el domingo, pero siguen sin poder entrar. 

Por ello, la familia seguirá acampando hasta que no tengan firmado el papel en el que los okupas restringen el contrato. "Tengo las llaves y si entro encima es allanamiento de morada. Que alguien me lo explique".

Traslado de los muebles del piso

Tras una semana de acampada, la familia ha visto con sus propios ojos el traslado de los muebles del piso de su madre por parte de los okupas. "Encima tengo que estar aquí sentada y ver como un camión de servicios sociales les están haciendo el traslado. He visto como se han llevado la nevera de mi madre. Aquí estoy intentando no perder la paciencia", reconoce Paquita.

Su hermano Domingo también hace acto de presencia. Incluso intentaron colocar sin éxito una tienda de campaña para pasar la noche. "Vinieron dos policías vestidos de paisano y nos dijeron que no podíamos estar aquí durmiendo". Pese a ello, los hermanos tienen claro que seguirán acampando hasta que resuelvan una situación que ya les ha costado más de 17.000 euros.

"Aquí estaremos hasta que no firmen y podamos entrar en la casa de cinco hermanos que nuestros padres nos dejaron con mucho sacrificio. Fueron de las muchas personas que vinieron a trabajar y parte de esta tierra se ha levantado gracias a ellos", indica Domingo, quien recibe el apoyo incondicional de sus vecinos. "Nos traen comida y nos dicen que somos valientes".

Tanto Paquita como Domingo insisten en que las personas que han okupado el piso no es una familia vulnerable, puesto que ambos trabajan. "Es gente que puede pagarse el alquiler y no lo hace. Somos trabajadores y lucharemos por lo que es nuestro".