Un mundo en miniatura lleno de historias, detalles y creatividad está buscando nuevos guardianes. La malagueña Voria Harras, una de las coleccionistas más apasionadas del mundo de las casas de muñecas, ha decidido poner a la venta su aclamada colección, marcando el fin de una era en el arte del coleccionismo: "tengo 75 años y quiero ver a mis tesoros en un lugar donde los cuiden durante 100 años más".
La colección de casas de muñecas de Voria Harras es una de las más fascinantes y detalladas en el mundo del coleccionismo de miniaturas. Hace más de 35 años que se hizo con la primera, "me la regaló mi marido una Navidad porque yo me enamoré de ella al verla en un anticuario", recuerda esta meticulosa coleccionista. Y así empezó todo.
Hoy cuenta con una con una colección de más de 50 casas de muñecas que recrean, con fidelidad, arquitecturas y decoraciones de distintas épocas y estilos: desde casas victorianas hasta interiores del siglo XVIII. Aquella primera casa era en realidad una maqueta de una mansión malagueña del siglo XIX. Estaba destruida, pero gracias a sus conocimientos y estudios en Bellas Artes, pudo recuperarla y devolverle una vida que combinaba elementos históricos y artísticos en cada pieza. "Descubrí que la restauración era lo mío", asegura.
Después llegaron más, recuerda la maqueta del Palacio de los Carranzas, o una casa mallorquina de 1850, o la del Monte de Sancha, que sus dueños ya no quería. Un largo listado de obras de arte que no nacieron para ser casas de muñecas, si no para ser maquetas y espejo de las viviendas de aquella época: "los dueños las ponían en las entradas de sus hogares para que todo el que fuera a visitarles pudiera conocer los entresijos de la vivienda", cuenta quien se ha estudiado en profundidad la historia de sus "juguetes",
Con los años aquellas maquetas eran depositadas en las habitaciones de juegos de los más pequeños. Ese es el verdadero origen de las casas de muñecas. "Aquellos niños no llegaban al segundo piso, porque son muy altas", y eso ha ido evolucionando hasta lo que hoy conocemos.
Esa historia se recrea en una nave de un polígono de Álora, en Málaga. De un solo vistazo nos podemos adentrar en otro siglo gracias a los interiores que ella misma ha recreado. Interiores que representan momentos específicos, como una cena de gala, y para los que se han utilizado maderas nobles, porcelana o vidrio ("cogí un cristal y le di forma"). Cada casa cuenta una historia y todo gracias a sus manos.
Ahora esta colección de casas y muñecas se vende. Hace 5 años que estaban guardadas en cajas, sin que nadie pudiera contemplarlas. "No he tenido ayuda para mantener abierto un museo, a pesar del éxito en visitas que siempre he cosechado", así que se ve obligada a buscar casa para sus casas.
La colección está en venta, "yo no entiendo, pero sé que en Estados Unidos podrían pagar entre uno y ocho millones de euros por una de ellas". Y le cuesta hablar de dinero, no es fácil poner precio a toda una vida de trabajo y dedicación.
El trabajo de Voria Harras nos recuerda que las miniaturas pueden capturar no solo detalles arquitectónicos, sino también historias y emociones. Ahora, estas pequeñas joyas están listas para encontrar un nuevo hogar.
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