El alcalde de Sevilla, José Luis Sanz, ha aclarado la situación que se vive estos días en la zona más conflictiva del Polígono Sur y que afecta de manera directa a todos los trabajadores que cada mañana tienen que entrar en el epicentro del conflicto de las Tres Mil Viviendas.
Trabajadores del servicio de limpieza, conductores de autobuses o profesores de los colegios públicos de la zona se ven estos días desprotegidos ante la ebullición de un conflicto que siempre ha existido.
De hecho, lo normal en ese barrio es que los trabajadores de los servicios municipales de limpieza y transporte entren en esas calles acompañados de agentes de seguridad. El problema es que dada la gravedad de los altercados de este pasado fin de semana, agentes de la Policía Local se han plantado y han comunicado que dejan de acompañar a estos servicios si no es con la ayuda de la Policía Nacional.
El alcalde sevillano ha asegurado que los operarios de limpieza están entrando refuerzo policial gracias al despliegue de seguridad que se mantiene en la zona. Pero lo cierto es que se han suspendido los trabajos a pie y se continúan solo con los vehículos y barredoras. En el caso de los autobuses el servicio se ve menos afectado porque los puntos más conflictivos no están dentro de la ruta ordinaria.
Desde el Ayuntamiento se va a pedir a la Subdelegación del Gobierno que se implique: "En este momento estamos ante un problema única y exclusivamente de seguridad ciudadana que corresponde atajar al Ministerio del Interior"
Ante todo el revuelo de los últimos días, hay un colectivo que sigue entrando en el barrio sin interrupción, sin protección y sí, con miedo. Como todos. Son los profesores de los colegios públicos del barrio que cada día se enfrentan a la dificultad de luchar contra un absentismo reconocido y que ahora suman el miedo de un conflicto que también afecta a sus alumnos.
Muchos de estos profesores tienen que ver cómo otros servicios municipales entran protegidos desde hace años en el barrio y, sin embargo, ellos acuden en soledad cada día. Ahora, esta semana, algunos de ellos no esconden el miedo que sienten al salir por la puerta del centro cuando el sol ya se pone. Esas tardes de reuniones y tutorías que acaban con la noche ya entrando y que les obliga a cruzar el barrio en un momento delicado.
No son los únicos, a la preocupación del profesorado de la zona se une también la de unas mujeres que realizan allí mismo un taller de costura.
Se trata de un taller de corte y confección que se realizaba en el Centro Cívico El Esqueleto, unas instalaciones municipales que se encuentran en la zona más tranquila de la Tres Mil Viviendas. La sorpresa para estas vecinas ha sido que, con las clases ya pagadas, han cambiado la ubicación del taller.
En un comunicado aseguran que se sienten indignadas por verse obligadas a acudir a la asociación Esperanza Sur, situada en Las Vegas, una de las zonas más peligrosas.
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