El día que Natalie y Manuel perdieron a su bebé, su vida cambió para siempre. El pequeño Oliver nunca respiró, y aunque la llegada de su hijo al mundo estuvo marcada por el silencio, su legado sigue sonando con fuerza. "Faltaban tres semanas para su fecha de parto, pero dejó de moverse. Fuimos al hospital y escuchamos lo que nadie quiere escuchar: no había latido", recuerda como si fuera ayer Natalie, a pesar de que han pasado cuatro años.
En lugar de permitirles despedirse de él, fueron obligados a separarse demasiado pronto: "estás en shock, no sabes qué hacer, no sabes lo que está pasando" cuenta al lamentar que solo tuvo 40 minutos para despedirse de se bebé.
Aquel dolor profundo, que se repite en silencio para muchas familias, se convirtió en el motor de una misión: crear 'El legado de Oliver', una asociación con la que han logrado dotar a varios hospitales de unas cunas especiales, las llamadas "Cuddle Cot" que en español significa "cuna de abrazo". Estas cunas permiten a los padres que sufren la pérdida de su bebé pasar un tiempo con ellos antes de decirles adiós, un momento que apenas pudieron tener.
Perder un bebé antes de nacer es un dolor que casi siempre se vive en la sombra. Muchas mujeres y familias atraviesan este proceso en soledad, sin el tiempo necesario para despedirse de la vida que estaban esperando.
Sin embargo ahora existe la posibilidad de vivir un duelo más humano. Las "cuddle cot" es un dispositivo que permite a las familias pasar más tiempo con sus bebés fallecidos, brindándoles la oportunidad de comenzar su proceso de duelo de manera más pausada y significativa. Constan de una parte refrigerada que permite mantener al bebé más tiempo en condiciones óptimas para que padres y familiares puedan pasar un tiempo con ellos.
El coste de las cunas especiales oscila entre 2.500 y 3.000 euros en función de los complementos, por eso esta familia recauda fondos constantemente para conseguir hacerse con más unidades y donarla a los hospitales. "Tenemos página web y página de GoFundMe, donde la gente puede donar lo que quieran" insiste Natalie, que ha encontrado un sentido a la peor experiencia de su vida.
"Lo hemos logrado, el legado de Oliver está llegando a donde tiene que llegar, estamos llenando España de abrazos, de tiempo para poder despedirse sin prisas. Nuestro sufrimiento está ayudando a otras familias". Son las palabras emocionadas de una madre que nuca escuchó a su hijo pero que gracias a él ha conseguido entregar ya 9 cunas de abrazos, o de despedidas, o de tiempo, no importa como se les llame, importa que lleguen.
El próximo 15 de octubre, coincidiendo con la celebración del Día Mundial de Duelo Perinatal, entregarán en Granada, en el Hospital Universitario Virgen de las Nieves, la décima cuna que han conseguido: "ha sido gracias a la ayuda de otras tres familias granadinas que también perdieron a sus bebés antes de nacer"
Una realidad dolorosa, silenciada y olvidada por la que pasan una de cada cuatro mujeres en España. Gracias a este tipo de iniciativas este dolor indescriptible puede ser compartido. Es un regalo de tiempo que puede ayudar a que seguir adelante sea un poco más fácil.
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