La Consejería de Salud y Consumo de la Junta de Andalucía ha confirmado un caso de fiebre hemorrágica Crimea-Congo (FHCC) -tras recibir los análisis del Centro Nacional de Microbiología- en un hombre de Sevilla de 46 años que continúa clinicamente estable.
Recordamos que ya murió un hombre afectado por esta enfermedad, de la que contamos sus síntomas en Informativos Telecinco.
El nuevo episodio se ha dado a conocer tras una valoración clínica y los análisis preliminares realizados al varón, que presentaba síntomas desde el 31 de julio. Permanece estable, aislado e ingresado en el Hospital Virgen del Rocío.
Desde este jueves ya se iniciaron las actuaciones pertinentes para la identificación de posibles contactos para hacer un seguimiento, si fuera necesario, así como las relacionadas con el vector transmisor de la enfermedad.
La FHCC la produce un virus transmitido por la picadura de una garrapata infectada -las del género Hyalomma son las más frecuenctes- o por contacto con la sangre y los tejidos de ganado infectado. Por otra parte, la transmisión del virus de persona a persona no es frecuente, siendo necesario un contacto directo con fluidos o secreciones de pacientes sintomáticos.
Andalucía cuenta desde 2016 con un protocolo de vigilancia de esta enfermedad que establece las medidas de salud pública que se deben desarrollar tanto de asistencia a pacientes positivos como cuando son probables, estableciendo la fórmula para atenderlos dentro del sistema sanitario
Asimismo en abril de este año, el Consejo de Gobierno andaluz aprobó el Plan Estratégico Andaluz para la Vigilancia y Control de Vectores Artrópodos con Incidencia en Salud (PEVA) cuyo objetivo es unificar e implementar en Andalucía medidas de carácter integral y horizontal para la vigilancia y prevención de las enfermedades trasmitidas por vectores, como las garrapatas, presentes o con potencial de estarlo en nuestro territorio.
Los síntomas habituales de esta fiebre hemorrágica son fiebre de instauración brusca, dolor de cabeza, mialgias y mareos y la duración es de unos cuatro o cinco días. También pueden aparecer otros síntomas como diarrea, náuseas o vómitos, así como hiperemia (enrojecimiento) de cara, cuello o tórax, congestión ocular o conjuntivitis.
La duración del periodo de incubación depende del modo de contagio del virus y de la carga viral. Después de la picadura de la garrapata, la fase de incubación es generalmente de uno a tres días, con un máximo de nueve. El periodo de incubación tras el contacto con sangre o tejidos infectados es normalmente de cinco o seis días, con un máximo documentado de 13 días.
Salud y Consumo ha hecho un llamamiento a la calma para la población y ha aprovechado para recordar a la ciudadanía medidas de autoprotección. Esas dirigidas a evitar las picaduras.
Recomienda vestir camisas de manga larga y pantalones largos, usar calcetines y calzado cerrado en vez de sandalias. Así como no dejar ningún espacio sin tapar de cuello para abajo.
La ropa de color claro también ayuda a localizar rápidamente a las garrapatas que se hayan podido adherir a las prendas. También es aconsejable reducir el tiempo de permanencia en los espacios potencialmente infestados de estos insectos.
Es mejor caminar si es posible por la zona central de los caminos para evitar el contacto con la vegetación, donde pueden hospedarse. Y evitar sentarse directamente en el suelo si hay plantas en el entorno.
Al finalizar la salida al campo, revisar bien todo el cuerpo para detectar la presencia de alguna garrapata. Es importante prestar atención a las axilas, ingles, cabello, ombligo, zona posterior de las orejas y alrededor de la cintura, donde suelen engancharse.
Si se produce la picadura, esta se deberá eliminar lo antes posible, siguiendo las siguientes recomendaciones:
La duración del periodo de incubación depende del modo de contagio del virus y de la carga viral. Después de la picadura de la garrapata, la fase de incubación es generalmente de uno a tres días, con un máximo de nueve días.
Tras el contacto con sangre o tejidos infectados, es normalmente de cinco o seis días, con un máximo documentado de 13 días. Los síntomas habituales son fiebre de instauración brusca, dolor de cabeza, mialgias y mareos.
Duran unos cuatro o cinco días. También pueden aparecer otros síntomas como diarrea, náuseas o vómitos, así como hiperemia (enrojecimiento) de cara, cuello o tórax, congestión ocular o conjuntivitis.
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