La garrapata responsable de la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo, que ha causado la muerte de un hombre de 74 años, es la más común y extendida en España, según el investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Félix Valcarcel, experto en este tipo de parásitos.
Valcarcel, investigador en parasitología y control de garrapatas del Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA) del CSIC, ha explicado a EFE que este tipo de garrapatas (Hyalomma marginatum o Hyalomma lusitanicum) son las más frecuentes y predominantes en España.
"La garrapata es el vector que puede transmitir la enfermedad, pero no siempre", ha aseverado el investigador del INIA, y ha explicado que la picadura de la garrapata es la principal vía de transmisión de la enfermedad, y ha observado que los pocos casos que se han detectado en España hasta ahora de la enfermedad corresponden a personas mayores y con otras patologías.
El investigador ha incidido en que aunque se trata de una garrapata muy común en España, no es frecuente que transmitan esa enfermedad y ha insistido en la importancia de revisarse tras las salidas al campo y de desprenderse de estos parásitos con rapidez. Tras un período de incubación de 1-3 días (hasta 9), la infección puede ser subclínica en una proporción elevada (hasta el 90 %).
Félix Valcarcel ha explicado que son parásitos que suelen preferir animales silvestres antes que las mascotas, y que suelen morir cuando entran en contacto con animales domésticos como los perros cuando están convenientemente protegidos con collares o pipetas antiparasitarias.
El virus que transmite la enfermedad -la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo- puede llegar a tener una tasa de mortalidad muy elevada, aunque también puede a llegar a pasar desapercibido, ha explicado el investigador, que ha precisado que puede ser determinante que la persona que ha sufrido la picadura y el contagio padezca una bajada de las defensas u otras enfermedades paralelas que agravan las consecuencias.
Algunos casos desarrollan enfermedad severa, que presenta una elevada letalidad de entre el 5 y el 40%; estos cuadros son más frecuentes en mayores de 60 años y se asocia a otros factores de riesgo.
A su juicio, este ha sido "un caso de azar", ya que aunque ese tipo de garrapata está muy extendida por España, tiene que darse el caso de que el parásito sea portador del virus y que la persona que sufre la picadura sea además un "hospedador receptivo" y tenga un sistema inmunológico debilitado.
Desde 2016, en España se han confirmado un total de 15 casos de fiebre hemorrágica Crimea-Congo, de los que han fallecido seis, dos de ellos este año, todos ellos hombres mayores de 50 años contagiados en el medio rural.
El último ha sido el hombre de 74 años que había sido ingresado en la Unidad de Aislamiento de Alto Nivel del Hospital público La Paz-Carlos III tras sufrir la picadura de una garrapata en Buenasbodas (Toledo), una zona cercana a Extremadura, comunidad con detección de casos en años anteriores y que falleció finalmente este sábado.
Antes que él, este año se confirmó otro caso de infección por virus de esta fiebre el 27 de abril, el de un hombre de 80 años, residente en Salamanca, que había practicado senderismo en días previos en la zona fronteriza con Portugal, donde fue mordido por una garrapata del género "Hyalomma marginatum". Estuvo ingresado en aislamiento estricto, pero acabó muriendo el 1 de mayo.
El resto de fallecidos también han sido hombres (de 51, 62, 69 y 74 años, procedentes de León, Ávila, Salamanca y Badajoz, respectivamente), con clínica hemorrágica y/o trombocitopenia y que presentaban como factor de riesgo la exposición al medio rural (por paseos o cuidado de un huerto).
Valcarcel ha incidido en la importancia de revisarse tras las salidas al campo y de desprenderse de los parásitos con rapidez, y ha advertido de que los riesgos se multiplican cuando la garrapata permanece "agarrada" al cuerpo más de 24 o 48 horas.
"Si te la quitas el mismo día no debería pasar nada", ha señalado el científico, y ha añadido que el reciente fallecimiento que se ha registrado no debe ser un motivo "de alarma" aunque sí de preocupación para adoptar medidas de protección y de autoprotección.
Y ha detallado que estas, y otras garrapatas también comunes en España, transmiten a las personas otras enfermedades que son más frecuentes, aunque no tan graves como la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo, y que no suelen desatar tanta alarma como la que ha generado este caso.
No hay vacunas para uso en humanos, y el tratamiento es principalmente sintomático, si bien puede ser útil la ribavirina en las primeras fases de la enfermedad.
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