"Te voy a ser muy sincero...", dice Sergio Pérez nada más empezar a hablar. Después de más cuatro meses buscando a su padre, le sobra sinceridad y le falta esperanza. "Sin la intervención de la UCO jamás lo vamos a encontrar", nos cuenta. Se refiere a la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil.
Es la petición que lleva haciendo desde hace varias semanas para reforzar la búsqueda de Francisco Pérez Bedmar, de 87 años y desaparecido el pasado 22 de marzo en la localidad granadina de Almuñécar. Desde entonces no han encontrado ni una sola pista sobre su paradero. "No hay indicios y sin indicios no hay investigación", se lamenta Sergio.
La última vez que se vio a su padre fue en el paseo marítimo del pueblo. "Estaba haciendo su paseo rutinario que realiza desde hace ya 25 años". Las diferentes cámaras de los negocios le grabaron caminando entre los turistas que la Semana Santa había traído a esta localidad costera.
El hotel Aleta Room grabó la última imagen que se tiene de Paquito, como todos le conocen en el Almuñécar. Se le ve alejándose en dirección al final del paseo marítimo, pero luego ya no regresa... 200 metros que la cámara del hotel no recoge y que concentran todo el misterio de esta desaparición.
"Ahí tuvo que ocurrir algo", asegura su hijo, convencido de que alguien tuvo que intervenir en la desaparición de su padre. "Yo creo que se encontró con alguien en ese tramo que lo esperaba o de forma fortuita", dice Sergio, "quizás se montó en el coche de alguien o alguien lo atropelló y en lugar de llevarlo hospital lo dejó en algún sitio".
Lo que tiene cada vez más claro es que Paquito no cayó al mar, como les dijeron en un primer momento. "Si se hubiera caído del paseo marítimo a la playa no habría caído al mar sino a la arena", explica su hijo, que descarta por completo que él se bañara. "Si apareciera en el mar es que alguien lo ha arrojado".
Lo cierto es que la probabilidad de que Paquito hubiera decidido darse un baño es poco probable. "Ya no se bañaba en la playa", asegura su hijo, "salvo alguna mañana de buen tiempo". Sin embargo, su padre desapareció un viernes de marzo en una noche de viento en Almuñécar.
Desde que su padre desapareció el mar ha devuelto ya tres cadáveres en la costa de Almuñécar. El primero fue a los tres días de desaparecer Paquito. "La Guardia Civil nos llamó a deshoras y pensamos que lo habían encontrado", dice Sergio, pero no era él. "Nos llamaron para decirnos que si oíamos algo, que no era mi padre".
La última búsqueda organizada por los propios familiares fue hace casi dos semanas en la zona de Cotobro. No estaban solos, le acompañaban como siempre la Asociación de Guardias Civiles Solidarios y la Plataforma Adonay. También estuvo la asociación deportiva de buscadores con detectores de metales y se incorporó una empresa de drones de Alicante.
Los detectores de metales rastrearon los 200 metros de playa donde se le pierde la pista a Paquito en busca de las llaves de su casa. Mientras, los drones sobrevolaron una zona de montes realizando fotografías de alta resolución para luego hacer un modelo tridimensional que permita detectar anomalías en el terreno.
Los meses de vacaciones están dificultando organizar nuevas búsquedas, pero la familia quiere ir ahora a la zona de Cerro Gordo. "La gente de allí nos ha comentado que hay una cueva en el mar que sería interesante que analizaran los buzos", dice Sergio, que aún así sigue sin darle peso a la teoría de que su padre esté en el mar.
"Buscamos en el mar porque no descartamos nada", nos cuenta Sergio que vive desde hace cuatro meses la pesadilla de no saber dónde está su padre. "No es un caso mediático, no es una niña de 15 años que ha desaparecido", dice su hijo, "mi padre tiene 87 años"... y el mismo derecho a que lo busquen sin descanso.
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