La hipótesis del “homicidio compasivo” es la que sobrevuela Huétor Tájar, el pueblo de Granada donde un abuelo de 72 años ha matado a sus nietos, de 12 y 10 años. Después el abuelo se suicidó.
El “homicidio compasivo” se produce cuando una persona mata a otra para evitarle “supuestos males y desgracias”, informa La Vanguardia. El agresor se basa en su convencimiento delirante de que la víctima sufrirá irremediablemente.
Quienes conocen a Pepe en Huétor Tájar dice que era un abuelo ejemplar. Sin embargo, desde el accidente de tráfico que le costó la vida a su mujer y a su hija, no era el mismo. Estaba muy afectado.
“Desde el accidente, Pepe había cambiado”, ha explicado Juan, un amigo del abuelo en declaraciones al programa TardeAR. “Sospechábamos que se iba a quitar la vida, pero no nos imaginábamos que mataría a sus nietos”.
Manuel sostiene que “él quería a sus nietos muchísimo y los nietos a él. Los llevaba y traía al colegio”.
Pepe conducía el coche en el que iban sus nietos, su mujer y su hija el día del accidente. Sus allegados dicen que se culpaba de sus muertes.
El pasado domingo, tras discutir con su yerno, se encerró en su casa con los niños. Tras casi toda la noche hablando con un negociador de la Guardia Civil cuando estos entraron en el piso vieron a los niños ya fallecidos. En ese momento, el abuelo se disparó.
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