Un hombre de 67 años se enfrenta a un año y medio de cárcel por arrancar de un mordisco un cuarto de la oreja del maltratador de su hija. Todo ocurrió tras presenciar cómo su exyerno agredía y amenazaba de muerte a su hija en presencia de las dos hijas pequeñas de la pareja. Además de la pena de cárcel, este hombre se enfrenta a ser condenado a indemnizar a su exyerno en cerca de 20.000 euros.
Los hechos juzgados este miércoles en la Audiencia de Jaén se remontan al 22 de julio de 2021 cuando el acusado al llegar a la casa de su hija vio como la expareja sentimental de su hija la insultaba, y la agredía, al tiempo que le gritaba que la iba a matar. Según recoge el escrito del Ministerio Fiscal, "al temer por la integridad de su hija se lanzó de manera desproporcionada, mordiéndole en la oreja con tal brutalidad que le arrancó un 25 por ciento de la misma".
En el juicio, el hombre ha relatado que al entrar en la casa apresurado por escuchar gritar a su hija y a su expareja diciéndole que la iba a matar, el agresor se abalanzó sobre él y lo tiró al suelo donde comenzó a darle puñetazos en la sien. También ha declarado no recordar haber mordido la oreja de su exyerno.
"Fue él el que se abalanzó sobre mí. No creo que le diese ningún bocado porque me faltan dientes", ha dicho el acusado ante el tribunal.
Como consecuencia del mordisco y de la fractura de dos dedos, la expareja de la hija tardó 55 días en curar y le ha quedado como secuela la pérdida parcial del pabellón auricular derecho. Es por ello por lo que el Ministerio Fiscal le acusa al padre de un delito de lesiones con deformidad con el eximente incompleto de legítima defensa por considerar que los medios empleados no fueron proporcionales.
Además, de la pena de prisión, Fiscalía le reclama que indemnice a la expareja de su hija en 3.850 euros por los días que estuvo impedido y en otros 16.000 euros por las secuelas estéticas producidas por la pérdida de parte del pabellón auricular.
La expareja de la hija también se ha tenido que sentar en el banquillo acusado de un delito leve de lesiones. Para él, la Fiscalía le reclama el pago de una multa de 600 euros y que indemnice a su exsuegro en 200 euros por los cuatro días que tardó en curarse de los puñetazos.
"Parecía un pitbull enganchado a mi oreja", ha dicho el exyerno, que ha mantenido que fue el padre de su expareja, y también acusado en la causa, el que se "tiró" hacia él. "Tuve que defenderme", ha señalado para justificar los puñetazos que propinó a su exsuegro.
En lo que respecta a la agresión a la mujer ya fue sentenciada en su día por el Juzgado de Violencia de Género que condenó a la expareja por un delito de maltrato ocasional a 48 días de trabajos en beneficio de la comunidad, además de penas de prohibición de acercarse y comunicarse, así como la prohibición de tenencia de armas.
La hija del acusado ha señalado que cuando llegó su padre, su expareja la tenía agarrada por el cuello diciéndole que la iba a matar a ella y su entonces actual pareja. Antes, según su testimonio, había entrado en la casa rompiéndolo todo a puñetazos. Es por eso por lo que la defensa sostiene que la pérdida de parte del pabellón auricular pudo deberse a un corte con los restos de vasijas de cerámicas rotas que se encontraban en el suelo. Por su parte, el forense ha determinado que la lesión de la oreja era "más compatible" con una mordedura que con un corte.
La defensa del presunto autor del mordisco ha pedido que se aplique la eximente completa de legitima defensa y que si finalmente tuviese que indemnizar al exyerno, lo hiciera teniendo en cuenta solo los 5.000 euros que cuesta una reconstrucción estética de la oreja, además de contabilizar solo los 14 días que estuvo impedido por la lesión auricular y no los 40 días por la fractura de los dos dedos. El juicio ha quedado visto para sentencia.
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