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La Policía Local de Sevilla ha detenido a dos jóvenes por intentar robar a un hombre mayor utilizando la técnica del "abrazo cariñoso” en las inmediaciones de una entidad bancaria. Los asaltantes agredieron a su víctima cuando éste se percató de sus intenciones.
Los hechos ocurrieron en torno a las 13:50 del pasado viernes. Una de las dotaciones del Distrito Este de Policía Local de la capital hispalense que patrullaban por los barrios fueron requeridos por un varón que les pidió auxilio. El afectado, un hombre de 72 años, denunciaba haber sufrido una agresión por parte de dos jóvenes que habían intentado sustraerle sus pertenencias cuando se dirigía a una entidad bancaria.
Mientras una patrulla asistía a la víctima, que presentaba lesiones en el rostro, el resto de efectivos de la demarcación comenzaron a rastrear la zona siguiendo la descripción aportada por la víctima. Los dos varones fueron localizados a escasos metros del lugar.
Uno de los ladrones se acercó en tono muy cercano y afectivo simulando conocerle con anterioridad. Con una efusiva alegría le abrazó logrando que la víctima perdiese la atención por un momento. Sin embargo, en este caso, la víctima se percató de lo que ocurría y comenzó a pedir auxilio.
Los atracadores, lejos de abandonar su actitud, al verse descubiertos, comenzaron a darle patadas y puñetazos, ordenándole que no gritase y que se estuviera quieto.
Varios vecinos acudieron a la llamada de auxilio lo que provocó que los dos varones, posteriormente detenidos, se alejaran corriendo del lugar. Los detenidos fueron trasladados a dependencias policiales para su puesta a disposición judicial.
El modus operandi descrito por la víctima coincide con la técnica conocida como el “abrazo cariñoso”: consiste en el que el ladrón se acerca a un viandante, por lo general una persona mayor a la que, con la excusa de preguntarle algo, le pide un abrazo para darle las gracias. Es en ese contacto físico cuando la víctima baja la guardia, momento en el que el caco aprovecha para perpetrar su hurto. Dado lo efímero del acercamiento, el robo se ejecuta con un movimiento muy rápido y discreto en el que el delincuente hace suyo algún objeto de valor, como joyas o una cartera.
En algunos casos, esta técnica es incluso más sofisticada, incluyendo besos, caricias e incluso propuestas de encuentros sexuales que nunca se producirán; todo vale para conseguir extraer a las víctimas los objetos de valor deseados una vez que se haya anulado completamente su percepción de riesgo o desconfianza.
El robo por "abrazo cariñoso" o mimosa, como también es conocido, suele ser perpetrado por dos personas. A veces se cuenta también con la participación de un menor de edad para afinar más aún la persuasión a las personas mayores. Es frecuente, asimismo, que otros colaboradores estén esperando en algún coche aparcado cercano para huir a toda prisa.
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