La historia de 'SuperGuille', como le llaman sus familiares, es la de un niño de 15 años que tiene que tomar altas dosis de morfina. Unos enormes dolores le impiden "hacer vida normal", que es lo que desea este vecino de Málaga.
Guillermo Gutiérrez está luchando contra el cáncer, concretamente el sarcoma de Ewing. Es la enfermedad que acabó con la vida de Elena Huelva, cuya muerte traspasó fronteras. Esta rareza cancerígena afectó a la pierna derecha del menor.
Con tan sólo cinco años, le tuvieron que amputar parte de dicha extremidad. A partir de ese momento, comenzó una carrera de fondo con varias operaciones para que pudiese tener mejor calidad de vida.
Una de las últimas cirugías que necesita le permitiría caminar con su prótesis. "No me la puedo poner ahora porque, al pinchar el hueso en el músculo, me dolería más de lo que ya me duele", explica el pequeño a Informativos Telecinco.
Entonces, la intervención consiste en limar y cortar un hueso que crece por su edad e invade a la parte muscular. Estos pinchazos que ya tiene le obligan a ser dependiente de la medicación: "Me tomo al día entre seis y diez pastillas".
Entre ellas, la morfina es la que más efectos secundarios le produce: "Me deja medio dormido, no puedo ir a clase ni salir a la calle a jugar con mis amigos", lamenta Guille. Además, también le causa "cambios de humor".
Su madre, Áurea Macías, añade que le está perjudicando "a su salud mental" por los muchos "altibajos" que observa en su hijo. El resto de los medicamentos que toma son para aliviar "picores, dolores de estómago y otras secuelas de la misma morfina".
Desde octubre está esperando la nueva operación, ya que se ha pospuesto para el primer trimestre del 2024, previsiblemente. Ha sido por culpa de la tardanza de una resonancia que debía haberle llegado al oncólogo en junio.
"Calculo que estará mínimo tres meses con estos medicamentos", apunta Áurea antes de comentar el riesgo que también conlleva tomar tanto tiempo pastillas contra el dolor: "Tendrá que desintoxicarse con metadona".
Eso cuando, al fin, sea intervenido quirúrgicamente y abandone el tratamiento actual. Es lo que Guille ruega: "Solo pido que me operen porque ya no tendré dolores y podré hacer vida normal". Contó su situación en un vídeo en TikTok.
Desde la Junta de Andalucía la respuesta es que conocen su caso, pero que debe esperar hasta que tenga fecha para la cirugía. "Ahora vive drogado, incluso se le dilatan las pupilas", describe su madre.
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