Francisco Jaén es un hombre de 93 años que se ha enfrentado a una espera angustiosa de hasta 36 horas en la sala de observación de urgencias del hospital Clínico de Valencia, antes de que pudieran asignarle una cama en planta para continuar su ingreso hospitalario por un cuadro grave.
Todo empezó cuando Francisco fue ingresado en el hospital para una intervención quirúrgica debido a un vólvulo intestinal. Sin embargo, tras la cirugía, surgieron problemas. Así lo relata el diario Las Provincias. Desde el primer momento, la atención fue deficiente según cuenta su hijo Paco: “En esos 15 días le traían la dieta equivocada, una pechuga, tortilla o paella, cuando solo podía comer líquido, un despropósito total”, señalaba.
Después del alta, el estado de Francisco se complicó rápidamente. Comenzó a sufrir fiebre, vómitos y dificultad para respirar. A pesar de regresar al hospital, la situación empeoró debido a la falta de disponibilidad de camas. “Estuvimos todo el fin de semana sin cama para él, en la sala de observación de urgencias. Desde el viernes por la tarde hasta el domingo cuando subió a planta. Eso con un señor de 93 años no puede ser”, explica Paco.
Sus hijos, preocupados por lo que consideran una mala asistencia y el delicado estado de salud de su padre, barajan la posibilidad de denunciar al gerente y la supervisora del área de Digestivo del hospital. Aseguran, además, que su padre Francisco contrajo Covid en el quirófano, lo que derivó en una neumonía y una infección, agravando todavía más su condición médica.
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