Hoy hay pan en Cuevas del Campo, en Granada, gracias a Antonio y Néstor, dos hermanos que son la tercera generación de panaderos del pueblo. "La fundaron mis abuelos", dice Néstor. Y de eso hace ya 100 años. Pero el tiempo pasa y la jubilación está a punto de llegar a esta familia sin que nadie les releve.
Antonio no tiene hijos y los dos de Néstor ya están trabajando. "Son profesores y ejercen fuera", nos cuenta. No hay nadie más en toda la familia para hacerles el relevo así que su último día de trabajo será el primero sin pan en Cuevas del Campo. "Nosotros mismos no tendremos donde comprarlo", dice Néstor.
Estos dos panaderos se resisten a imaginarse su pueblo sin pan. "Hemos nacido en la panadería por decirlo así", explican los hermanos. Así que buscan quién se quiera hacer cargo de Los Sacristanes, como se llama su panadería. "El nombre se lo puso mi abuelo que cuando la abrieron además de panadero era el sacristán de la iglesia".
Ya han empezado a moverse a través de sus redes sociales. Han grabado un vídeo pidiendo ayuda para evitar el cierre y de momento varias personas se han interesado por su panadería. No solo hacen pan, Los Sacristanes elaboran además repostería y todo tipo de pasteles. Ahora se encuentran en plena campaña de Navidad y están elaborando dulces de la época.
"Es un negocio rentable", dice Néstor, "durante años hemos vivido dos familias de este negocio y económicamente hemos vivido muy bien". Sin embargo, no oculta que es un trabajo duro. "Es verdad que solo hay un día libre a la semana", dicen los panaderos de Cuevas del Campo, que además solo se cogen vacaciones en septiembre. "Cerramos diez días", nos cuenta Néstor, acostumbrado además a los horarios de madrugada que requiere el pan.
Ponen sobre la mesa lo bueno y lo malo de una profesión que han vivido desde que nacieron y de la que están enamorados. "Da pena pensar que se cierre", dice Néstor confiando en que a última hora alguien se haga cargo de Los Sacristanes. "De momento seguimos al pie del cañón porque es lo que nuestros padres nos enseñaron".
Por delante quedan cinco meses. Antonio y Néstor calculan que para abril o mayo de 2024 cerrarán la panadería y si nadie se hace cargo, los casi 2.000 vecinos de Cuevas del Campo se quedará sin pan por primera vez después de 100 años.