Atemorizado y todavía con los signos de la agresión de la que fue víctima, un niño de 12 años lucha hoy en el hospital contra las consecuencias del tremendo puñetazo que le propinó un vecino porque le molestaba el ruido del balón con el que estaba jugando en la urbanización donde residen, ubicada en Estepona, Málaga.
Aún con el resto amoratado por el golpe, permanece recluido y con tratamiento farmacológico por un miedo insuperable, según señala la familia, que ha denunciado los hechos.
“Tiene pesadillas, lo ve por todas partes. Dice que lo persigue, que lo va a pegar, que si incluso va a entrar por la ventana”, explica su madre, reflejando el miedo del niño hacia su agresor.
Ella misma afirma que tardó “dos días” en ver el vídeo de la agresión. “Se escucha el golpe y es brutal”, señala ante nuestras cámaras.
El menor y sus amigos estaban jugando a la pelota en el patio de la urbanización y el agresor, un vecino polémico, harto de los niños, salió al patio y se encaró con ellos.
Fue tras ello cuando llegó el golpe; la agresión y sus consecuencias, con el pequeño con una herida en la boca, en la frente y moratones en la cara y la cabeza.
Aunque la familia lo ha denunciado, la Policía no lo ha detenido, por lo que la madre del niño, que sigue atemorizado, insta a que se tomen medidas cautelares contra su agresor.
“Estamos a la espera de juicio, y aquí pueden pasar seis meses o dos años”, lamenta, mientras el pequeño de 12 años sigue atemorizado.
Según ha contado la progenitora, el hombre que golpeó a su hijo vive en un bajo de la urbanización y es conocido por su mal carácter, llamando la atención a los menores constantemente.
El día de los hechos, el jueves pasado, volvió a suceder, pero esa vez se propasó yendo más allá de las palabras. Según ha contado la progenitora a diario SUR, cuando el hombre acudió a abroncarlos, el niño se cruzó de brazos y pidió a un amigo que grabara. Fue entonces cuando le golpeó en la cara noqueándolo.
Tras estos hechos, la familia llamo a la Policía y a Emergencias, y fue trasladado al Hospital Costa del Sol, donde fue examinado para descartar daños internos.
El agresor, por su parte, “se quitó de en medio enseguida” y no fue localizado en su casa, según señala la progenitora lamentando que no fuese ni siquiera detenido porque las lesiones del menor son leves.