La autopsia de Álvaro Prieto, el joven hallado muerto entre dos vagones de un tren, en Sevilla, revela que murió electrocutado. Álvaro se subió al techo de un convoy que se encontraba inoperativo y alejado de la estación de Santa Justa. Lo grabó una cámara de seguridad. Pasadas las 10 de la mañana del día que desapareció, habría recibido una fortísima descarga eléctrica que acabó con su vida.
Álvaro iba andando por el techo y cayó fulminado en el hueco entre los dos vagones. Se quedó encajado en la parte superior, encima del fuelle que los une. El movimiento del tren y la holgura del fuelle pudo deslizar el cuerpo el lunes.
La Policía investiga por dónde saltó al techo, porque ese tren no estaba situado justo debajo del puente. Estaba a unos 20 metros detrás de otro también averiado. Cómo llegó a ese tren y qué hacía allí arriba es todo un misterio. Teóricamente, Álvaro trataba de colarse en un tren tras haber perdido el suyo y quedarse sin dinero y sin móvil.
Para ser alcanzado por los 3.500 voltios de la catenaria no hace falta ni tocara. A medio metro sería atraído por el flujo de la corriente, según los expertos. Desde el suelo es casi imposible escalar los cuatro metros sin agarres. Y no se entiende para que se subiría a un techo para colarse en un tren o porque no accedió a que le ayudaran en la estación.
El Delegado del Gobierno, Pedro Fernández, ha asegurado que no le echaron ni le maltrataron cuando le sorprendieron colándose en otros trenes. De hecho, le dieron la posibilidad de cargar el móvil y llamar a su casa pero no quiso.