Álvaro Prieto López, el joven de 18 años desaparecido en Sevilla desde el 12 de octubre tras pasar una noche de fiesta con unos amigos, sigue sin dar señales de vida. El futbolista de la cantera del Córdoba CF no ha vuelto a encender su teléfono móvil, no ha vuelto a realizar movimientos bancarios y no ha publicado nada en redes sociales. Los expertos califican el caso de "inquietante". Ni los drones ni los perros rastreadores de la Policía Nacional y la Unidad Militar de Emergencias (UME) han encontrado pistas sobre su paradero. Han pasado cuatro días y no hay noticias. Urge encontrar información relevante.
El joven perdió el tren de Renfe Avlo que tenía pensado tomar en la mañana del pasado jueves para volver a Córdoba y trató de subirse a otros trenes. Tenía billete para el primero de los viajes, pero se quedó sin batería y esto también le dejó sin la opción de poder pagar un nuevo ticket, ya que tenía la tarjeta electrónica instalada en su teléfono móvil. Sin dinero, Álvaro se vio en una situación desesperada y trató por todos los medios de volver con su familia, incluso accediendo a las vías por un lugar prohibido.
A ellos les avisó por WhatsApp de que estaba llegando a la Estacion de Sevilla-Santa Justa poco antes de verse en problemas y no poder retornar. Lo que está verificado es que salió de las instalaciones y no se sabe más, salvo que una mujer le habría visto a aproximadamente un kilómetro de la estación, cerca de Las Huertas, en la avenida de Kansas City, y donde los investigadores han concentrado sus esfuerzos en la noche de este domingo de manera "infructuosa". Sus padres temen que le hayan "atropellado" o se lo "hayan llevado" contra su voluntad. Piden que la línea de investigación siga estricamente esas dos hipótesis. Mientras, toda España se pregunta cuáles fueron los últimos pasos del prometedor futbolista antes de desaparecer y dónde se puede encontrar.
Álvaro aprovechó el puente por la Fiesta Nacional y se fue de fiesta con unos amigos por Sevilla Este. Tras acabar la noche, aparentemente sin problemas con otras personas, y hacerse un último selfie con uno de sus acompañantes, sale de la discoteca sobre las 07:15. Tiene el tren de Renfe Avlo a las 07:35 y de camino le dice a sus padres que está llegando a la estación: "Voy a la parada". No puede subirse al tren, al no tener batería ni dinero, y comienza a pensar cómo volver a Córdoba, donde reside. Entonces, se salta un control para coger el AVE Sevilla-Barcelona de las 08:55, que hace parada en su ciudad, pero los vigilantes le echan del vagón tras percatarse. Le explica a una azafata su situación, pero acaba saliendo de las instalaciones -al parecer por ser expulsado por los empleados de la estación-.
Sale a la calle, grabándole una cámara de seguridad sobre las 9:30, y comienza a caminar por la avenida de Kansas City. Desde el exterior, según medios locales, trata de acceder en dos ocasiones al recinto ferroviario, incluso por unos túneles exclusivos para uso del personal, pero se desconoce su último movimiento. Solo trasciende que una mujer, tras conocer la desaparición, afirmó haberse cruzado con él sobre las 10:30 en la zona de Las Huertas, cerca del Palacio de los Deportes de San Pablo. Con una altura de 1,80 metros, su complexión y su vestimenta, pantalón beige y camisa verde, Álvaro es una persona reconocible. Las palabras de esta vecina concuerdan con el hecho de que sea el área que indicó donde los agentes realizaron un despliegue de dos horas en la noche del domingo (aunque también se han llevado a cabo batidas en otros puntos y descampados).
Los pasos de Álvaro son un misterio. Las vías del tren van en paralelo a la kilométrica avenida Kansas City y, antes de llegar al punto citado por la testigo, el joven tendría que haber recorrido cerca de un kilómetro. En ese trayecto, habría pasado por un parking, un paso a nivel y, antes de llegar a Las Huertas, o bien continuó por la misma avenida, donde hay un banco, bares y otros negocios (ya se están revisando cámaras de seguridad), o bien pasó por la calle de Javier Aristu, un tramo pegado a la vía y mucho menos concurrido. Sería interesante poder esclarecer las palabras de la mujer que aseguró haberlo visto con una imagen del joven. Los agentes están comprobando circuitos de CCTV, así como otras grabaciones y listas de redes telefónicas por si pudieran ubicar el teléfono apagado, como ocurre en otros casos de desapariciones alarmantes.
Ya en el tramo de Las Huertas surgen las dudas de lo que pudo acontecer; ¿intentó una vez más acceder al recinto ferroviario? Esta parece ser la primera hipótesis de los investigadores, ya que exploraron con linternas las vías en la noche de este domingo a lunes. El joven pudo tener un accidente, ya fuera caminando o con un convoy; ¿Hizo autoestop y se subió al coche de alguien? Es otra de las opciones, ya que la avenida de Kansas City desemboca en la autovía A-4 en dirección Córdoba. Cerca de donde la testigo afirma verlo hay una enorme intersección; ¿Y si le atropellaron? No se descarta, por ello se realizan batidas en las inmediaciones de la Estación de Sevilla-Santa Justa. Pero también pudo haber sido arrollado y que terceras personas trataran de ocultarlo. Todo está abierto.
A pesar de no poder demostrar que tenía billete ni poder pagar, varias fuentes afirman que no se habría procedido de manera correcta al expulsar al joven de la Estación de Sevilla-Santa Justa, de ser el caso. Una estación de tren es un lugar público y, a no ser que haya un altercado grave en el que intervengan las autoridades, se puede permanecer en la misma el tiempo necesario, dentro de los horarios establecidos de apertura.
Fuera decisión de los trabajadores de Renfe o de sus supervisores -que les ordenaran actuar así en estos casos-, Álvaro podía estar en las instalaciones con pleno derecho. No obstante, el extremo de que le expulsaran no se ha confirmado. Varias fuentes apuntan a ello. Tampoco consta que se le ofreciera un cargador para recargar el móvil -tras explicar él su situación- a modo extraprotocolario.
Córdoba, Andalucía y España están pendientes del caso de Álvaro un joven de origen ruso adoptado por sus padres, Rafael y Julia, desde su infancia. Los que le conocen hablan de una persona amable, responsable y disciplinada. Su familia denunció su desaparición al ver que no había regresado, nunca había dejado de comunicarse con ellos. Sin embargo, habían transcurrido menos de 24 horas y les indicaron en comisaría que de persistir la ausencia activarían -como terminaron haciendo- el protocolo.
Para los progenitores queda demostrado que es una desaparición involuntaria con el mensaje que les envió yendo a la estación y con sus intentos de subirse a un tren como fuera y volver. Los padres cuentan con el apoyo de la ciudadanía y de asociaciones como SOS Desaparecidos, que mantiene una alerta de búsqueda activa y difunde carteles en redes sociales, así como del club donde brilla su hijo en categoría juvenil, el Córdoba CF, que en su último partido mostró una pancarta de forma conjunta junto a la AD Mérida: "Álvaro, vuelve pronto".