Descubren el último cocodrilo que vivió en Europa a través de un diente localizado en un yacimiento de Granada

Los trabajos de excavación paleontológica en el yacimiento de Baza-1 (Granada) han permitido descubrir los restos de un cocodrilo que, según los investigadores, podría tratarse del último que vivió en Europa. Una gran cantidad de restos fósiles de grandes y pequeños vertebrados de 4,5 millones de años han sido encontrados en un excelente estado de conservación. El yacimiento se encuentra en el paraje conocido como Barranco de las Seguidillas-Cuesta del Francés, en el norte de Granada.

“Se trata de una especie de cocodrilo de origen africano que llegó a la península ibérica cruzando un brazo de mar justo antes de que el Mediterráneo se secara durante la Crisis de Salinidad del Messiniense, hace poco más de seis millones de años", ha explicado el doctor Bienvenido Martínez Navarro, investigador ICREA en el IPHES-CERCA y codirector de la excavación. "Muy probablemente se trata del último cocodrilo de Europa".

Así lo han publicado en la plataforma X desde la cuenta de IPHES-CERCA:

Más de 2.000 fósiles desde el año 2000

El yacimiento de Baza-1 fue descubierto en 1996, pero no fue hasta los años 2000 y 2001 cuando se reanudaron los trabajos. Desde entonces, se han recuperado más de 2.000 fósiles en una superficie no superior a los 30 metros cuadrados. Ahora, la séptima campaña se llevó a cabo desde el 19 de septiembre hasta el ocho de octubre. El proyecto está dirigido por el doctor Antoni Canals, de la Universitat Rovira i Virgili (URV) y del IPHES-CERCA, el doctor Sergio Ros-Montoya, investigador de la Universidad de Málaga, y por el doctor Bienvenido Martínez Navarro, investigador ICREA en el IPHES-CERCA.

Entre los grandes descubrimientos se encuentran más de 500 fósiles de grandes mamíferos, vertebrados más pequeños como rinocerontes, dos especies de caballos de tres dedos llamados hipariones, bóvidos de todos los tamaños de la especie Alephis sp., ciervos gigantes y pequeños, restos de cerdos y grandes carnívoros como el hueso gigante y restos de caparazones de tortuga.

Dos mastodontes, encontrados en casi dos metros cuadrados

Tras ampliar el sondeo en un nivel situado a cuatro metros por encima del anterior, han hallado un nuevo nivel paleontológico rico en megafauna, sobre todo relacionados con los mastodontes. En un área de dos metros cuadrados, han documentado los restos de dos mastodontes de la especie Anancus arvernensis. Así, también han continuado con el cribado de los sedimentos extraídos de la excavación. Estos trabajos, que se han realizado en las instalaciones del Centro de Interpretación de los Yacimientos de Baza, han permitido recuperar gran cantidad de restos de micromamíferos (roedores, conejos y musarañas), anfibios, reptiles y muchos peces, además de gran cantidad de restos de madera y huellas vegetales.

Este conjunto de restos permitirá a los investigadores reconstruir el paleoambiente del Plioceno, dominado por el clima tropical/subtropical, caracterizado por altas temperaturas y abundantes precipitaciones, lo que indica la existencia de un ecosistema con presencia de amplios bosques y de espacios donde los herbívoros, como los caballos de tres dedos, pastaban.

Estudiantes de colegios e institutos visitan la zona

Estudiantes de varios colegios e institutos de enseñanza media de Baza y de otros pueblos de la comarca han visitado el yacimiento. Diversas asociaciones y autoridades como el alcalde Pedro Ramos, el concejal de Cultura, José Gabriel López, y otros miembros de la corporación municipal, así como por numerosas personas a nivel particular e institucional, procedentes de Baza, Granada y otras poblaciones se han animado a personarse en la zona.

Los trabajos de excavación están financiados por el Ayuntamiento de Baza y se enmarcan en el proyecto de investigación 'Estudio de los registros paleontológicos pliocenos de la Cuenca de Baza en el contexto mediterráneo', aprobado por la Consejería de Turismo, Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía. Durante las tres semanas de trabajo, ha participado un equipo formado por unas veinte personas procedentes del IPHES-CERCA, de la UMA, de la UNIBA-Italia, así como también estudiantes de las universidades de Addis Abeba (Etiopía), Patrás (Grecia) y de la Basilicata (Italia).