Encuentra un coletero de plástico dentro de una lubina del Parque Natural de Cabo de Gata: "Es de vergüenza"
Un pescador la sacó con su caña y la abrió extrañado por la malformación de su estómago
La zona está declarada ‘Reserva Marina’ y se permite la pesca artesanal para preservar un oficio tradicional al que se dedican muchas familias
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La fauna marina es una de las grandes perjudicadas de los plásticos y residuos que invaden nuestras playas y mares. Para muestra un botón, o mejor dicho, un coletero. El que tenía en su estómago una lubina pescada en el Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar, en Almería.
Las imágenes, a las que ha tenido acceso NIUS, las comparte David Valverde, un instructor de buceo comprometido con el medio ambiente que utiliza sus redes sociales para concienciar. Fue un pescador artesanal el que extrajo la lubina, hace unos días, y extrañado por la malformación que presentaba decidió abrirla. “Le veía algo raro y se quedó asombrado con lo que encontró”, nos cuenta el buceador.
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Nada menos que un coletero de plástico que el animal habría tragado por equivocación y que tenía alojado en el estómago. “Es de vergüenza lo que estamos haciendo con el mundo”, se lamenta el pescador, mientras extrae el objeto y graba la escena.
“Impactante”, reconoce David que, lleva más de una década buceando en esta zona. “Se ve que el animal se había mantenido con vida pero, probablemente, habría muerto poco después por no poder ingerir mucho más”, explica.
'Reserva Marina' donde se permite la pesca artesanal
En el Parque Natural, recordemos, está permitida la pesca artesanal ya que es también ‘Reserva Marina’ cuyo objetivo es la protección, regeneración y el desarrollo de los recursos de interés pesquero para el mantenimiento de las pesquerías artesanales, que permitan a los pescadores de la zona preservar su modo de vida tradicional.
Esta reserva, al pie de la Sierra de Cabo de Gata, se extiende frente a una franja costera de más de 45 kilómetros y abarca 4.653 hectáreas de superficie. Un paraíso natural, cuya fauna y flora, no escapa de la mano del hombre. “El mar no se merece lo que le estamos haciendo”, lamenta David que recuerda que, en esta ocasión, el plástico era grande y se veía pero, en la mayoría de los casos, son micro partículas que terminamos consumiendo los humanos.