Después de los nervios y los gritos, cuando el susto había pasado y el fuego ya estaba apagado, la Virgen del Rocío de Vélez-Málaga emprendía su camino más difícil: volver a casa. Un trayecto que no hizo sola. Los vecinos de Vélez-Málaga fueron arropando a toda la cofradía de la Pollinica que vivía su Domingo de Ramos más duro.
Horas antes de lo que pensaban, el palio de la Virgen iba deshaciendo sus pasos camino del Mercado de San Francisco. Lo hacía de espaldas y sin música que le acompañara, solo un aplauso ensordecedor que apenas dejaba oír los lamentos de los miembros de la cofradía, aún en estado de shock por lo ocurrido.
Ni un solo minuto dejó de aplaudir a la Virgen del Rocío su pueblo en el camino de vuelta. A paso firme, avanzaba por las calles mientras le llovían los gritos de ánimo de quienes ni siquiera podían verla. La Virgen estaba tapada por una sábana blanca y descubierta de su manto, arrancado minutos antes para que el fuego no lo quemara. Ahora lo llevaba entre sus manos uno de los sacerdotes que seguía al paso.
Poco después, la cofradía de la Pollinica y Rocío hicieron público un comunicado confirmando los daños que se habían producido en parte del ajuar de la Virgen, entre ellos el manto o candelería; además de los sufridos por la talla, "superficiales pendientes de una evaluación estructural mediante un estudio mas profundo de la imagen", publicaba la cofradía.
"Aquí todo el fondo a la izquierda", gritaba el capataz. Las instrucciones seguían mientras los hombres de trono agachaban la cabeza emocionados. Algunos entre lágrimas, apoyados sobre el hombro de su compañero, seguían caminando más juntos que nunca en una procesión que no van a poder olvidar en mucho tiempo.
Detrás de la Virgen, seguían las palmas, los uniformes y las mantillas blancas de un día de fiesta que se truncó en Velez Málaga. Todos con rostro serio, algunos abrazados entre sí, buscando un consuelo que no llegaba. Y tras su paso, allí por donde la Virgen avanzaba camino de su casa, iba dejando un vacío que los vecinos llenaban al grito de "guapa".