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Ángel María Villar se sincera en 'Mis días en la cárcel' como nunca antes lo había hecho. El que fuese presidente de la Real Federación Española de Fútbol cuenta cada detalle de cómo fue su vida en prisión, qué sintió al ver su celda o la dureza de estar encerrado junto a su hijo en Soto del Real.
"Me sorprendió, sufrí, ¿quién me devuelve el sufrimiento? ¡Estuve 10 días en la cárcel!", comienza diciendo Ángel María Villar sobre el duro momento que vivió durante sus días en prisión. Tras esto, el expresidente cuenta qué es lo primero que hizo al entrar en la prisión de Soto del Real: "Llamé a mi mujer, le dije 'tráeme ropa porque es verano, voy a necesitar pantalones frescos y todo de verano..., pero a los 10 días me sacaron, a mi compañero y a mi hijo".
"Llegas allí y te hacen ducharte, te dicen 'desnúdese', te dan unas medicinas y te visten", cuenta Ángel María Villar sobre cómo son los primeros momentos en una prisión. Tras esto, el entrevistado explica que "luego te llevan a un médico para hacerte un reconocimiento y después a una psicóloga que, según el nivel cultural, pues decide si te llevan a un módulo u otro".
"La entrevista con la psicóloga duró una media hora o así, te hacen preguntas protocolarias, cosas que ya se saben", declara Villar con el gesto serio. Una charla con la psicóloga que fue clave, ya que la especialista decidió que el expresidente de la RFEF, su hijo y su compañero acabaran en el mismo sector: "Fuimos los tres al mismo módulo, en el que casualmente estaba el presidente de la comunidad, Ignacio González".
"Después, por mí les cambiaron a otro módulo, que me arrepiento porque estábamos en un buen módulo... Lo más seguro es que no querían que estuviéramos juntos, por hablar y todas esas cosas. A ellos los llevaron a un módulo peor", detalla el entrevistado ante Juan Manuel Medina y Álvaro Rojo.
Ángel María Villar desvela otro de los momentos que más le impactó en prisión: el recibimiento de los presos. "Cuando entré en la cárcel había unos 80 presos en el 'hall' del módulo y uno dice: '¡Aquí llega el mejor presidente que ha tendio la federación y el que ha ganado todos los títulos del mundo del fútbol!”.
Sin embargo, antes de que el preso terminara la frase, apuntó: "¡Pero le falta uno!". Al escuchar esto, Villar cuenta que le preguntó al preso: "¿Qué título me falta?". Y el recluso le dijo en voz alta: "El de ser prisionero". Tras esto, el entrevistado cuenta que mantiene una grandísima relación con aquel compañero de la cárcel: "Cuando viene a España, porque él era de Guinea, me suele llamar y suelo verlo para tomar un café".
"Allí hablamos de por qué somos prisioneros. Los compañeros de la cárcel, lo único que quieren, si hay una persona famosa, es contactar contigo y tener relación. En los 10 días tuve mucha relación con muchos de ellos", cuenta Ángel María Villar sobre la relación que mantuvo con sus compañeros de prisión.
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