El gas radón es la segunda causa de muerte por cáncer de pulmón entre personas fumadoras y la primera entre no fumadores. No obstante, sus riesgos con poco conocidos. Este gas invisible, inoloro e insípico, ha puesto en alerta a buena parte del país, especialmente en Galicia, donde se registra una alta concentración. 

El radón se encuentra normalmente en niveles muy bajos en el aire de exteriores. También está presente en rocas, suelo, agua y materiales de construcción. La quema de carbón y otros combustibles fósiles también libera radón. Cuando el radón escapa del suelo o es liberado por chimeneas de emisiones al aire del exterior, se diluye a niveles que normalmente son más bajos que el aire del interior.

Según la Agencia para Sustancias Tóxicas y el Registro de Enfermedades (ATSDR, por sus siglas en inglés), organismo del Departamento Estadounidense de Salud y Servicios Sociales, la fuente principal del gas radón en interiores viene de las rocas y el suelo debajo de edificaciones, donde se infiltra por los espacios debajo del suelo, grietas o espacios alrededor de tuberías. 

Todas las personas están potencialmente expuestas al radón ambiental. Sin embargo, solo las personas en ambientes con niveles elevados de radón tienen un riesgo mayor de presentar posibles efectos negativos para la salud. 

Estos efectos dependen de varios factores, como es el alcance de la exposición o las características individuales como la edad, ser fumador o factores genéticos y el estado de salud. 

La inhalaciónes es la vía de exposición más importante. En interiores, la infiltración de radón del suelo a las edificaciones puede dar lugar a exposición por inhalación. ste es el caso también del radón liberado del agua al aire cuando se lavan la ropa y los platos, se descargan los inodoros y salpica el agua en la ducha. La exposición al radón por inhalación también podría ocurrir cuando los enseres del hogar no tienen un sistema adecuado de ventilación hacia el exterior.

La ingestión oral de radón puede ocurrir como resultado de la disolución del gas radón en el agua. Por ejemplo, el agua que tiene contacto con las rocas y el suelo contendrá radón disuelto. Por lo tanto, el radón suele estar presente en el agua potable, que atraviesa las paredes del estómago y los intestinos y llega al torrente sanguíneo. Cuando el radón llega a los pulmones, se exhala pronto a través de la circulación pulmonar. Por lo tanto, la ingestión es una vía de exposición mínima, concluye la ATSDR. 

Finalmente, la otra vía de exposición es la dérmica. Hay datos muy limitados con respecto a la absorción de radón después de una exposición dérmica y es por ello que no se considera una vía de exposición importante. 

Las personas más vulnerables a este has son aquellas que residen en viviendas con niveles elevados, los niños y las personas fumadoras, así como aquellos que conviven en un hogar donde hay fumadores. 

Se estima que el riesgo de cáncer de pulmón por la exposición al radón es de 10 a 20 veces mayor para las personas que fuman cigarrillos en comparación con aquellas que nunca han fumado.

Por otro lado, las personas que tienen enfermedades crónicas como asma, enfisema o fibrosis pulmonar, a menudo tienen una reducción de la capacidad de espiración y un aumento del volumen residual. Por último, personas que trabajen em ambientes con niveles elevados de radón, como son los mineros, los trabajadores de plantas de tratamiento de aguas, epeleólogos, trabajadores de granjas y piscifactorías, profesionales de la mitigación de radón y científicos que estudian este gas.

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