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¿Por qué las naranjas se venden siempre en redes de color rojo?

Si alguna vez te has detenido a observar las naranjas en los supermercados, probablemente habrás notado que casi siempre se presentan en redes de color rojo. Este detalle, aunque puede parecer trivial, responde a una decisión estratégica dentro del mundo del marketing visual y la percepción del consumidor. Pero, ¿por qué las naranjas y otros cítricos suelen estar empaquetados de esta forma? Todo se debe a un fenómeno visual que explica esta elección y tiene cierto impacto en la venta de frutas.

El poder de la percepción: la ilusión óptica Munker-White

El uso de redes rojas para almacenar las naranjas no es un coincidencia. De hecho, esta elección se basa en una ilusión óptica conocida como la ilusión Munker-White, la cual afecta la forma en que percibimos los colores cuando están superpuestos. Cuando miramos las naranjas a través de una red roja, nuestro cerebro procesa la imagen de manera que los tonos anaranjados de la fruta se ven intensificados. Es decir, la naranja parece más brillante y madura de lo que veríamos si estuviera empaquetada en una bolsa transparente o de otro color.

Esta ilusión óptica funciona porque el rojo y el naranja son colores que pertenecen a una gama cromática cercana. Cuando el ojo humano detecta los tonos rojizos, tiende a mezclar y enfatizar los colores cálidos que están en el mismo espectro, en este caso el naranja de la fruta. El resultado es que la naranja se percibe como más atractiva visualmente, más vibrante, y, en última instancia, también más fresca, lo que puede influir directamente en la decisión de compra del consumidor.

¿Por qué no utilizar redes de otro color?

Aunque podrías pensar que cualquier color de red podría usarse para empaquetar las naranjas, el uso de una red de color rojo tiene una función muy específica. De esta forma, si se usara una red azul, verde o amarilla, los efectos serían diferentes, y en algunos casos, podrían ser incluso contraproducentes. Por ejemplo, un color azul o verde tiende a neutralizar la viveza de los tonos cálidos como el naranja, haciendo que la fruta parezca más apagada o poco madura. Este contraste podría desalentar a los compradores, ya que las naranjas no se verían tan atractivas.

En cambio, para los limones, que son de un color amarillo brillante, las redes suelen ser de un tono verde o amarillo, porque estas tonalidades no distorsionan ni afectan negativamente la percepción del color. Si se utilizaran redes rojas para los limones, el efecto visual podría llevar a los consumidores a percibir la fruta como de otro color, afectando su decisión de compra y generando confusión. Por lo tanto, el color de la red debe coincidir o complementar el color natural de la fruta para maximizar su atractivo visual.

El impacto psicológico del color rojo en el marketing

El uso del color rojo no solo se limita al fenómeno de la ilusión óptica. En términos de psicología del color, el rojo tiene connotaciones que históricamente se asocian con la pasión, la urgencia y la vitalidad. Estas características hacen que el rojo sea un color ampliamente utilizado en la publicidad y el marketing para captar la atención del consumidor de manera inmediata. Así, además de mejorar la percepción visual de la fruta, el rojo juega un papel importante a la hora de despertar el interés del comprador, destacando las naranjas sobre otros productos que podrían estar en redes de colores más fríos o neutros.

Ventajas prácticas de empaquetar en red

Más allá del efecto visual, la decisión de embalar las naranjas dentro de una red ofrece ventajas prácticas para el transporte y la venta de la fruta. Este tipo de embalaje permite que los consumidores vean la fruta desde múltiples ángulos sin necesidad de abrir la bolsa, lo que facilita la inspección del producto antes de la compra. Además, las redes permiten la circulación de aire, lo que ayuda a mantener la frescura de la fruta durante más tiempo, reduciendo el riesgo de que las naranjas se estropeen dentro del paquete.

Otra ventaja de esta forma de embalado es su ligereza y flexibilidad, lo que reduce los costes de transporte en comparación con otras formas de empaquetado más pesadas o rígidas. Además, la red se adapta mejor al tamaño y la forma de la fruta, evitando daños durante el almacenamiento y la manipulación.

Por todo esto, el uso del color rojo en las redes sigue siendo una de las técnicas de marketing más efectivas en el sector de frutas, especialmente para las naranjas. La combinación de percepción visual mejorada, costes reducidos y psicología del color han hecho de esta forma de embalado de una estrategia duradera y probada en la comercialización de cítricos.