El eterno debate sobre si es mejor la naranja entera o el zumo recién exprimido cobra más fuerza cuando se refiere a la alimentación de los niños. Lo cierto es que es un dilema que habría que solventar con un "depende". Porque depende del momento y de los nutrientes que tengamos entre manos. Tomar zumo recién exprimido tiene sus ventajas frente a las naranjas enteras y viceversa. Es cuestión de decidir en qué momento es más beneficiosa una ingesta que otra.
La primera gran ventaja compartida es que en los supermercados vamos a encontrar ambos artículos independientemente de la época del año de que se trate. Si bien antes las naranjas eran una fruta de invierno, ahora están fuera de toda estacionalidad.
Aclarado esto, una de las ventajas que tiene comer naranjas enteras frente al zumo es que tiene un poder saciante superior por la presencia de fibras, mayor que en los zumos. La presencia de fibra en una naranja es superior por la pulpa y la piel. Una presencia que además incide en una absorción más lenta de los azúcares que cuando la naranja se toma exprimida.
No obstante y aunque los detractores de los zumos se han empeñado en subrayar este asunto de los azúcares, aclarar que la diferencia es mínima y que, en cualquier caso, el azúcar que contiene la fruta es saludable e indicado para la salud de los niños en cantidades normales.
Frente a los beneficios de comer una naranja entera está la comodidad de un zumo, especialmente para los niños. Abrir una botella y beber el jugo siempre será más atractivo para los más pequeños que tener que pelar una naranja.
Numerosos niños además encuentran mayor atractivo en el sabor del zumo recién exprimido que el de una naranja entera, pese a proceder ambos de la misma bolsa de naranjas. Esto se explica precisamente por la ausencia de pulpa y piel del gajo, la disminución de la fibra y la metabolización del azúcar.
Respecto de la cantidad -otro tema que suscita controversia- hay que subrayar que el zumo recién exprimido no implica tomar más cantidad de fruta al día. Simplemente se requieren de más naranjas para el consumo equivalente. Es decir, comerse una naranja entera es comer unos 200 gramos de fruta, mientras que en zumo esa misma naranja mermaría hasta los 70 gramos aproximados.
Finalmente y en favor del zumo recién exprimido, hay que señalar que si bien presenta más azúcares, está demostrado que el proceso de convertir la naranja en zumo incrementa la presencia de vitamina C. Datos al margen, y a modo de solución de esta eterna controversia, sería deseable encontrar el equilibrio en cada caso. Hay que procurar que los niños beban zumos y coman naranjas a partes iguales.