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Con su característica energía, entre gritos y con una cacerola y un cucharón en la mano, Bea Retamal ha irrumpido por la mañana en el apartamento de Julen Muñoz en 'Los vecinos de la casa de al lado' para despertarle de una forma muy divertida pero nada agradable...
"¡Buenos días! ¡Buenos días con alegría, bebé!", gritaba la concursante. Bea golpeaba una y otra vez una cacerola, inundando de ruido la habitación en la que Julen dormía apaciblemente...
Él no le hacía ni caso, así que ella insistía: "¡Buenos días, princesito!" Julen seguía bajo las sábanas, así que Bea se ponía de pie encima de la cama y le preguntaba: "¿Tú qué te crees? ¿No escuchas al jefe?"
Julen respondía algo apenas audible y Bea acababa por tirarse en la cama, fundiéndose en un abrazo con él.
Julen se ha quedado con un apartamento para él solo y, ante las preguntas que le han formulado, nos explica que no se arrepiente, aunque a veces cree que se le ha ido de las manos por si le ha afectado a Guerra.
Pero hay más y es que, en el jugo de arriesgar o besar, al concursante le ha tocado dar un discurso a los vecinos de Sol para convencerles de las múltiples ventajas de convivir juntos en un piso tan pequeño.
Sin embargo, no había ni empezado cuando han empezado a abuchearle y lanzarle comida… ¡Hasta le han tirado colorante! Julen no dudaba en defenderse y lo hacía con una olla llena de harina con algún tipo de líquido.
Finalmente, el concursante podía hacer su discurso, alegando que están ante la mejor oportunidad para demostrar su compañerismo y buena convivencia. Sin embargo, para Mayka no ha sido más que una estrategia.
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