Francisco Javier, mujer transgénero y soldado, divide a los colaboradores: "No me creo que te sientas mujer"

  • Francisco Javier es una mujer que ha cambiado su género gracias a la nueva Ley Trans

  • Francisco Javier: "He denunciado al ejército porque me tratan de manera discriminatoria"

  • Por esta discriminación pide 50.000 euros de indemnización al ministerio de defensa

Francisco Javier es una mujer soldado de 42 años de Carmona, una localidad de Sevilla. Pese a su aspecto (mide casi dos metros, tiene barba y viste uniforme masculino) ella se siente mujer y asegura que es así desde los nueve o diez años: "Yo en el colegio estaba confundida, primero pensé que era gay, pero es que me gustan las mujeres".

Aunque Francisco Javier no ha cambiado su nombre en el registro civil, sí que ha modificado su género acogiéndose a la nueva Ley Trans por la que puede pasar a tener, a efectos prácticos, género femenino.

Francisco Javier le ha explicado a los colaboradores de 'La vida sin filtros' que se siente a gusto con su aspecto físico:  "Yo estoy conforme con mi cuerpo, con mi físico, no tengo por qué cambiármelo", algo que los colaboradores no han recibido de buena gana: "Hay muchas mujeres en este país que realmente se sienten mujer y la ley trans se ha hecho para ellas, lo que yo creo es que tú te estás aprovechando de sus vacíos legales", expresaba Luis Rollán.

Y es que el cambio de género que Francisco Javier ha llevado a cabo ha provocado que se sienta discriminada en el cuartel militar en el que ha trabajado durante 20 años: "Me han prohibido cambiarme en el vestuario de hombres y el de mujeres me lo ha restringido, al final me han dado un vestuario independiente pero lo tengo que hacer en 15 minutos como máximo".

Por este motivo Francisco Javier ha denunciado al ministerio de defensa reclamándoles además una indemnización de 50.000 euros: "He denunciado al ejército porque me tratan de manera discriminatoria, algo habrán hecho mal conmigo cuando la demanda ha sido aceptada a trámite".

La soldado ha confesado que está acostumbrado a que la gente no entienda su condición y que incluso le rechacen, algo que ha terminado por no importarle: "A mí me importa lo que piense mi hija, ella tiene 11 años y hay cosas que no comprende aún, se está adaptando". Francisco Javier le ha contado a Cristina Tárrega que su hija le llama Pamá, una mezcla entre papá y mamá.