Pilar está completamente desencantada con el mundo de la espiritualidad. Cuando un amigo le dijo que su marido la engañaba ella acudió a una supuesta vidente que le quitó la idea de la cabeza pese a que existían pruebas más que evidentes.
Pilar llegó a desarrollar una gran dependencia hacia esta mujer hasta el punto de pasar al lado de esta presunta vidente diez años, diez largos años en los que le pagaba 400 euros al mes por sus servicios:
“Ella supuestamente me ayudaba con el tema de mi marido, con el tema de mis negocios, yo le consultaba todo antes de hacerlo, hasta el punto de que yo llegué a permitir que viniera a una de mis tiendas de ropa a echar las cartas con la locura que eso supone”.
Ahora, con el paso del tiempo, Pilar hace balance de lo sucedido y cree saber por qué esa mujer la manipuló durante años:
“Yo estaba completamente enganchada a ella, tenía dependencia, esta mujer llegó a meterse en mi familia y lo que creo es que realmente ella estaba obsesionada con mi marido”.