La desaparición de Juan Pedro Martínez, el niño de Somosierra, sigue siendo todo un misterio treinta y ocho años después. Fue en el año 1986 cuando se le perdió la pista y, desde entonces, familiares como su tío, han tenido que aprender a vivir sin él.
Pero ¿Cómo se elabora un duelo cuando no se ha conseguido encontrar el cuerpo del fallecido? ‘La verdad de…’ entrevista a dos psicólogas que nos explican cómo actúa la mente en estos casos.
Durante todo este tiempo, Juan García Legal, tío del desaparecido, ha hecho una búsqueda incansable del cuerpo de su sobrino y ha acudido a varios programas de televisión para que nunca se dejara de hablar del tema.
Es más, en busca de respuestas, trazó el mismo recorrido que los padres de Juan Pedro Martínez hicieron aquella fatídica noche en la que el pequeño desapareció: “Lo que hace una persona es intentar hacer una acción que le ayude a localizar a su ser querido. Por eso, a los familiares les resulta muy difícil quedarse en casa esperando noticias”, explicaba Mónica Pereira, coordinadora de ‘Haztúa psicología positiva’.
“Los familiares investigan lo que pudo pasar, se dedican a hacer acciones, a pedir colaboración con la sensación de que están haciendo que vaya a ser más fácil que un ser querido aparezca”, añadía la doctora.
Además, Concha Puelles habla de cómo funciona la mente cuando no se logra encontrar el cuerpo de la persona desaparecida: “Cuando tenemos ese vació, necesitamos congelar determinadas hipótesis”, apuntaba la experta.
Por su parte, Mónica Pereira explicaba ese duelo de la siguiente manera: “Si no tengo nada a lo que agarrarme, toda mi vida gira en torno a ese deseo”.
Juan García Leal, tío del desaparecido, ha relatado cómo vivió la abuela del pequeño su desaparición: “Estamos muy acostumbrados a que fallezca un familiar directo, pero no lo estamos para una desaparición”. “Su expresión siempre fue ‘¿dónde está mi nieto?’ y así se pasó toda la vida”.